El Libro de Kells es el manuscrito ilustrado de mayor calidad mundo y está considerado como el tesoro nacional más importante de Irlanda. Solo ha salido una vez de Irlanda en toda su historia y ahora se está exponiendo en Nueva York solamente durante una semana. La nueva misión de Gideon Crew es robarlo, más concretamente la página denomianda 34R, una tarea prácticamente imposible debido al alto nivel de seguridad de que está rodeado el libro: vigilantes armados, cacheos a la entrada y a la salida, cámaras de vigilancia las 24 horas, sensores de calor y de movimiento, vitrina a prueba de balas y bombas…
Pero Gideon logra lo imposible y se hace con la página. Aún así su misión no ha hecho más que empezar pues esa página esconde una antiguo manuscrito griego que habla de un misterioso lugar del Nuevo Mundo en el que existe una planta capaz de curar cualquier enfermedad, quién sabe si también la enfermedad congénita que sufre el propio Gideon, así que su nueva misión, si decide aceptarla, es encontrar ese lugar y la susodicha planta.
Por Reyes me regalaron el de “Dos tumbas” de Pendergast, así que como ya lo tenía lo cambié por este. El primero de la serie no me gustó demasiado, era en plan novela de espías y el ritmo era algo lento y no enganchaba tanto como la mayoría de las novelas de este par de escritores. El segundo ya fue otro cantar, adictivo como no lo fue el primero, prácticamente se leía solo, sin apenas respiro, y con esta tercera entrega pasa igual. Un robo casi imposible de llevar a cabo que da pie a toda una novela de aventuras, repleta de acción, giros inesperados y alguna que otra situación de tintes fantásticos. Me ha gustado mucho y me alegra ver que Preston y Child corrigieron los errores de la primera entrega. No puedo esperar a echarle mano a la cuarta entrega, que también es la secuela de “Más allá del hielo”, que sale el próximo mes.
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