El policía Gabriel Syme se infiltra en el Consejo dirigente del movimiento anarquista para descubrir y frustrar los planes de su peligroso líder, que responde por el nombre de Domingo. El Consejo está formado por siete miembros que utilizan los días de la semana para identificarse (el propio Syme asume la identidad de Jueves) pero Syme descubre que no es el único policía infiltrado. De hecho todos menos Domingo son policías, aunque inicialmente cada uno cree ser el único policía infiltrado.
Hay novelas que no soportan el paso del tiempo y esta es un claro ejemplo de ello. “El hombre que fue Jueves” es de 1908 y se nota, porque solo en esa época tendría sentido tal paranoia con el tema de los anarquistas. Pero te la lees en pleno siglo XXI y resulta imposible tomártela en serio. Aquí pintan a los anarquistas como el diablo mismo, unos tipos muy peligrosos que buscan destruir el mundo, a la humanidad e incluso a matarse ellos mismos, todo les da igual. No he podido evitar pensar en la caza de brujas del senador McCarthy en Hollywood en los años 50 contra los comunistas. Solo hacía falta que alguien te acusara de comunista para arruinarte la vida y tu carrera, lo fueras o no. De entrada eras culpable y luego ya se vería. Pues aquí pasa lo mismo, los anarquistas son el diablo, al mismo nivel que los terroristas, y si ves alguno tienes que salir corriendo. De risa, vamos.
La novela es muy paranoica y surrealista, y eso de que cada miembro del Consejo resulte ser un poli infiltrado es un poco forzado y muy difícil de creer. Pero lo peor de todo es el final, raro de cojones y que no te resuelve nada. Vamos, que no pasa del entretenimiento. Al menos la conseguí gratis.
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