Un misterioso violinista aparece frente a la casa de Triana, que ha perdido recientemente a su marido, y toca para ella. Triana, que lo está pasando realmente mal, se siente fascinada por su virtuosismo con el instrumento, y una noche lo invita a cruzar el umbral de su casa. Así es cómo Triana conoce al fantasma del príncipe ruso Stefanovsky, que pretende utilizar su música para sumergirla en sus recuerdos más dolorosos y hacerla enloquecer.
Este es uno de los libros de Anne Rice que menos me gusta. No me gustó la primera vez que lo leí, hace más de 20 años, y tampoco me ha gustado ahora. Le dedica demasiadas páginas a los sueños y visiones de la protagonista, y a revivir sus recuerdos más dolorosos. Esto ralentiza la historia, que parece que no avanza, y hace que el libro sea algo pesado. Además hacia la mitad Triana hace algo que no me parece bien y hace que me caiga mal. En general es una historia demasiado melodramática para mi gusto.
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