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lunes, 4 de febrero de 2013

IT (Eso), de Stephen King

He aquí uno de los libros más terroríficos que me he leído en mi vida (y me he leído unos cuantos), uno de esos grandes clásicos del género y un claro ejemplo de por qué Stephen King fue durante mucho tiempo el nº 1 en lo que a terror se refiere (no es que ya no lo sea, pero ahora escribe otras cosas aparte de terror).
Solo él podía convertir a un personaje alegre y simpático, querido por todos los niños, en un monstruo de dientes afilados. Creo que puedo hablar por boca de varias generaciones de lectores cuando digo que jamás he vuelto a ver a un payaso de la misma forma.
“IT” es, de momento, el 4º libro más gordo que me he leído (el primero sigue siendo “Apocalipsis”, del mismo King) y esta ha sido mi 3ª lectura (3 en 15 años es un buen promedio, digo yo). Quise leerlo el año pasado, pero tenía que leer tantos libros que leer que tuve que aplazarlo, y como este año decidí leerme 10 libros de más de 1.000 páginas, elegí “IT” como mi primer libro de inmediato.

Bueno, ¿y qué tenemos aquí? Pues un payaso que en realidad no es un payaso. Adopta el aspecto de un payaso pero es un monstruo que puede convertirse en aquello que más temes y despierta cada 27 años, aproximadamente, para alimentarse. ¿Y de qué, me preguntarás? Pues de niños. Eso se los lleva y luego se los come, y cuanto más miedo tengan, más ricos están. Ah, pero en 1958 se topó con la horma de su zapato. Siete niños unieron fuerzas para hacerle frente y casi consiguieron matarlo. Pero 27 años más tarde, Eso regresa y Mike Hanlon, el único de ellos que se quedó en el pueblo, tiene que llamarlos para recordarles la promesa que hicieron: que si Eso no estaba muerto, regresarían para matarlo definitivamente. Pero puede que esta vez no sea tan fácil, al fin y al cabo ahora son adultos, y puede que no todos se presenten.

Ya desde el principio me sentí invadido por la nostalgia, como si fuera uno más del Club de los Perdedores, y me encantó volver a encontrarme con ellos y acompañarles en cada enfrentamiento individual, y luego colectivo, contra Eso. Pero lo que más ilusión me hizo y lo cierto es que se me pasó volando fue leer la parte del reencuentro, cuando todos se ponen al día y se cuentan lo que fue de su vida. Esto es algo que siempre me ha gustado de King, el grupo de amigos de la infancia que se enfrenta a una gran amenaza. Así pasa en IT, El Cazador de Sueños y en El Cuerpo (bueno, en este último no hay una gran amenaza, pero es uno de los mejores grupos de amigos de toda su obra).

Mis favoritos del Club de los Perdedores siempre han sido Bill el Tartaja, porque, bueno, es el líder del grupo y por su tragedia personale con Eso, y Ben Hanscom, porque también me sobraban unos kilos (y siguen haciéndolo), aunque no precisamente en ese orden. Y de sus versiones adultas me quedo con Mike Hanlon, por toda su investigación acerca de Eso y su relación con Derry y todas las catástrofes que ocurrieron en el pasado, además de que es el que hace que el Club de los Perdedores se vuelva a reunir, haciendo honor a su promesa.

Sobra decir que el libro me ha parecido maravilloso (terroríficamente maravilloso). Las otras dos veces que me lo leí hubo largos pasajes que encontré algo lentos y pesados (Mike y el pájaro o los Perdedores en las cloacas), pero esta vez no ha sido así. Lo que entonces se me hizo cuesta arriba ahora me resultó fácil de leer y no encontré que le sobrara ninguna página. Es más, me hubiera gustado que fuese más largo.

La única pega viene al final. Como ya ha ocurrido con más de un libro suyo, parece que no sabía cómo acabr la historia, y eso de que Eso sea una araña y luego lo de morderse las lenguas y la batalla mental, quedó bastante flojo. Pero donde se le fue la pinza fue con la particular forma de Beverly de mantener unido al grupo. Creo que es de muy mal gusto y está de más en el libro. Con lo del pacto de sangre es más que suficiente.
Aún así esto no desmerece que el libro sea el súmmum del terror. Por último, algunos fragmentos que me gustaron especialmente: 

El terror, que no terminaría por otros veintiocho años-si acaso terminó alguna vez-, comenzó, hasta donde sé o puedo decirlo, con un barco hecho de una hoja de diario que flotaba por una alcantarilla hinchada de lluvia.

-Flotan-gruñó la cosa-flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo conmigo, tú también flotarás.

Stanley había descubierto que un amigo de su infancia era escritor, pero no escritor de verdad, dijo Patricia a su madre, sino novelista. El nombre escrito en los libros era William Denbrough, pero Stanley solía referirse a él con el apodo de Bill el Tartaja. Había leído trabajosamente casi todos los libros de ese hombre. Aquella noche, la noche del baño, estaba leyendo el último. Era la noche del 28 de mayo de 1985. también Patty había cogido uno de esos libros, por pura casualidad, sólo para dejarlo después de tres capítulos. No era simplemente una novela, dijo a su madre más adelante, era deterror. Lo dijo exactamente así, en una sola palabra, como habría dicho desexo.

Se había abierto dos cortes en el lado interior del brazo, desde la muñeca hasta el hueco del codo y cruzado después cada uno de esos tajos con un corte transversal en la muñeca formando dos sangrientas T mayúsculas. Las heridas relumbraban, rojo purpúreo, bajo la áspera luz blanca. Patty pensó que los tendones y los ligamentos expuestos parecían trozos de carne barata.

-Así que estoy asustándote un poco-preguntó Hanscom, sin apartar la vista de la jarra y cruzó pulcramente las manos frente a aquellos tres dólares de plata-Es probable. Pero no estarás tan asustado como yo, Ricky Lee. Pide a Dios que no te deje estar nunca tan asustado.

Castiga, exhausto, el poste tosco y recto, e insiste, infausto, que ha visto a los espectros.

Al menos eso es lo que Bill Denbrough piensa a veces, en esas horas tempranas de la mañana, después de soñar, cuando casi recuerda su infancia y a los amigos con quienes la compartió.




3 comentarios:

  1. Muy buen análisis! Es reeee nostálgica esta historia... Una novela emblemática de King, y una de mis preferidas. Es larga sí, pero vale la pena.

    Cada tanto aparecen libros que uno recuerda con sumo cariño. Cero que al final es una historia universal sobre la capacidad que tienen los niños para hacer frente al miedo empleando la imaginación, la valentía y la amistad.

    Realicé una reseña (y análisis informal) de la obra en mi blog. Si te interesa, te invito a leerlo y comentarme qué te parece:

    http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/08/it-eso-novela-1986.html


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    Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general.

    Muy buen blog! Saludos!!

    Luciano.

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  2. Pensé que era la única que pensó eso del final. Pero de igual manera me encantó, y es uno de mis libros favoritos de King.

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  3. Creo que la mayoría de los que nos lo leímos pensamos lo mismo. Impaciente por ver el remake. Cruzo los dedos.

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