Este libro es como el del profesor de
matemáticas. Los alumnos de Soledad Olmedo Sánchez, la SOS,
profesora de lengua, son unos negados en su asignatura. Cometen un
montón de faltas de ortografía (¡10 en solo una página!), no se
leen el libro que les manda leer (¡de tan solo 100 páginas!) y no
se molestan en esforzarse. Así que ella tampoco va a hacerlo. En vez
de dar su clase, se pone a leer una novela, y al día siguiente ni
siquiera se presenta. Entonces la directora del colegio y el jefe de
estudios reúnen a los alumnos y les leen una carta que la profesora
de lengua les ha enviado, en la que les dice que se ha vuelto loca y
que va a ingresar en un manicomio, pero que antes matará a uno de
sus alumnos, a menos que la encuentren antes de las ocho de la tarde.
Para ello tendrán que pasar una serie de pruebas, lingüísticas y
de literatura; la solución de cada prueba es una letra, y
juntándolas obtendrán una palabra, la del lugar en el que estará a
esa hora. Poco después dos de sus peores alumnos, Gaspar y Tasio,
reciben un mensaje en sus móviles que contiene una pista para dar
con la primera prueba. Y con ayuda de Ana, la chica más lista de la
clase y amiga suya, se ponen a ello.
El libro está genial. Es muy divertido
y sus aproximadamente 170 páginas se leen sin que te des cuenta. Las
pruebas son muy fáciles, en la línea de esos libros de pasatiempos
que venden en los kioscos, y cuanto más te acercas al final, más
imposible resulta dejar de leer. ¡Y eso que es para niños! En mi
biblioteca tienen un montón de libros de este autor, espero leerme
algunos más el próximo año.
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