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jueves, 30 de abril de 2015

El país del fin del mundo, de Terry Pratchett


Desde 2007 Terry Pratchett convivía con una “versión rara” del Alzheimer, la cual no le impedía hacer vida normal y seguir escribiendo, pero finalmente la enfermedad le ganó la partida. Terry Pratchett falleció el 12 de marzo de 2015 a la edad de 66 años y por eso decidí leerme un libro suyo, para rendirle tributo. El escogido fue “El país del fin del mundo”, de la saga de Mundodisco, básicamente porque lo tenían en la biblioteca y llevaba tiempo dándole largas.

El bibliotecario de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork sufre una extraña dolencia que le hace cambiar de aspecto cada vez que estornuda. La única forma de curarlo es diciendo su nombre, pero lleva tanto tiempo de bibliotecario que nadie lo recuerda. Solo hay una persona que conoce su nombre, el inepto mago Rincewind, el problema es que se encuentra en XXXX, un continente muy similar a Australia cuya ubicación nadie conoce. Investigando dónde puede hallarse el misterioso continente, los magos de la Universidad acaban encontrándolo pero quedan atrapados miles de años en el pasado, sin forma de poder regresar a su época.
Por su parte Rincewind acaba metiéndose sin pretenderlo en un sin fin de líos, a causa de un canguro parlante que lo sigue a todas partes y que quiere obligarlo a asumir el papel de héroe. En XXXX nadie recuerda que haya llovido nunca y parece ser que solo Rincewind puede hacer que llueva, pero el mago no está muy por la labor porque siempre que hace de héroe pone en peligro su vida, así que a la primera oportunidad trata de despistar al canguro, pero con eso solo consigue empeorar las cosas.

El primer libro que leí de Terry Pratchett, “El color de la magia”, no me empezó a gustar hasta casi el final (soy más de fantasía épica que de fantasía humorística), sin embargo, su continuación, “La luz fantástica”, me gustó de principio a fin. Con este me ha pasado igual. Es un libro muy divertido y contiene algunos momentos tan ridículos y absurdos (en el buen sentido) que resulta imposible no esbozar al menos una sonrisa. Rincewind sigue siendo tan genial como recordaba. No sé cómo se las arregla pero no para de meterse en un lío tras otro. Me encantó lo de la oveja.
Si me hubieras preguntado hace 2-3 años si me gustaba Pratchett, te habría respondido que no, pero si me lo preguntas ahora te diré un rotundo sí (y no es porque haya muerto, cambié de parecer con “La luz fantástica”). Aunque creo que no podría leerme dos seguidos, las cosas como son.   

1 comentario:

  1. Un maestro de maestros. A mi me encanta. Por cierto, me inicie con él con EL HÉROE PERDIDO (un libro ilustrado) y te lo recomiendo a ojo cerrado. Con muchas ganas de leer la novela que escribió junto a Neil Gaiman. Saludos.

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