Judy Hammer, jefa del Departamento de Policía de
Charlotte, crea con el apoyo del alcalde y del consejo municipal un servicio de
voluntariado para personas que quieran ejercer de policías. Judy obliga a su
jefa ayudante Virginia West a ir de patrulla con el joven Andy Brazil en su
primer día, con el que no termina de llevarse demasiado bien. Pero aparte del
chico, West tiene otros asuntos de los que ocuparse, por ejemplo, atrapar a un
asesino que ya ha matado a cuatro hombres de negocios; tras bajarle los
pantalones y calzoncillos a su víctima hasta las rodillas, le dispara cinco
veces en la cabeza y luego pinta un reloj de arena con spray sobre sus
genitales.
Leí este libro hace más de una década pero en esta
relectura no me ha gustado tanto. En vez de centrarse en los asesinatos West y
Brazil se echan casi todo el libro de patrulla, atendiendo llamadas de robos,
altercados domésticos y tal, y deja la resolución de los asesinatos para las
últimas páginas, un poco de aquella manera. Además incluye algunas escenas
humorísticas (el marido de Hammer disparándose en el culo o cuando Brazil se
pone a dirigir el tráfico) que no vienen a cuento y le restan seriedad a la
novela. De todas formas si puedo me leeré los otros dos libros.
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