“El diablo sobre
ruedas” fue la primera película que dirigió Steven Spielberg y algo que yo
ignoraba, una adaptación de un relato de Richard Matheson. De hecho me enteré
cuando King e hijo escribieron el relato Throttle para una antología en
homenaje a Matheson. Esto me sorprendió ya que Matheson escribía sobretodo
ciencia-ficción y terror, así que decidí verla porque Matheson es uno de mis
escritores favoritos (lo cierto es que hace años que tengo la película pero
siempre la fui posponiendo).
El protagonista
de la película tiene que hacer un largo viaja por carretera por cuestiones de
trabajo y en los primeros minutos comete el terrible error de adelantar a un
destartalado y ruidoso camión. A partir de entonces su viaje se convierte en un
infierno, pues el camionero empieza a acosarlo sin cuartel, volviendo a
adelantarlo y reduciendo la velocidad, acelerando para obligarlo a ir más
rápido e incluso echándolo de la carretera, y cuando cree haberlo dejado atrás
he aquí que vuelve a encontrárselo, y ese viaje por trabajo acaba
convirtiéndose en una lucha por su supervivencia.
La película tiene
más de 40 años pero en cuanto empiezas a verla te olvidas de lo antigua que es,
porque te absorbe por completo. La tensión está presente desde el principio y
no hace más que ir aumentando durante toda la película. Como el protagonista,
el espectador va agobiándose cada vez más, relajándose cuando el camión
desaparece de la pantalla y acelerándosele el pulso cuando vuelve a aparecer. En
toda la película lo único que se ve del conductor del camión son las botas, con
lo que es perfectamente comprensible la paranoia que invade al protagonista en
la escena de la cafetería, sin duda la mejor de toda la película. El hombre
para a tomarse algo para templar los nervios y descubre que el camionero
también está allí dentro, que tiene que ser uno de los que están en la barra,
pero como no sabe cuál es su aspecto se vuelve loco tratando de averiguar quién
puede ser, porque además todos lo miran raro. Qué grande es Matheson. Y Spielberg
ya apuntaba maneras por aquel entonces. Lo único que me hubiera gustado es
saber por qué el camionero hace lo que hace.
En el relato creo que iba con su mujer si no recuerdo mal y que le pitaba al del camión o algo así. En cualquier caso una de las cosas más terroríficas es, como dices, el no ver al conductor y la gratuidad y falta de explicación de su ataque.
ResponderEliminarDe niño vi una película muy parecida. En ella el conductor era una mujer que atropellaba al hijo del protagonista (a propósito) y luego el padre se obsesionaba con dar con ella para vengarse. Creo que el padre era el alcaide de Prison Break, pero no estoy seguro.
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