En esta
temporada conocemos a Mycroft, el hermano de Sherlock Holmes, que
tras el primer capítulo se convierte en un personaje recurrente a lo
largo de la temporada.
Sherlock viaja
con Watson a Londres para ayudar al inspector Lestrade, que se ha
metido en problemas. Cuando era asesor en Scotland Yard Sherlock
trabajó con Lestrade; Sherlock era el que resolvía los casos y
Lestrade se llevaba la fama, quedando como un superinspector en los
medios, pero cuando se supo la verdad, que Sherlock era el verdadero
cerebro, Lestrade cayó en desgracia y se refugió en el alcohol.
Sherlock y
Watson ayudan a Lestrade con un caso y estando en la ciudad se
encuentran con el hermano de Sherlock, Mycroft. Ambos no mantienen
muy buena relación desde hace años, sobretodo por culpa de
Sherlock, y Joan se enfada con él por no haberle hablado de su
existencia.
Mycroft ha
estado enfermo, tuvo leucemia, pero se ha recuperado, algo de lo que
Sherlock no está enterado, y por eso quiere recuperar su relación
con él, pero no sabe cómo hacerlo dada la personalidad de su
hermano, y le pide consejo a Joan, ya que ha conseguido hacerse amiga
de él, un hecho del todo insólito. Ella le aconseja que llame su
atención y a él no se le ocurre otra cosa que hacer explotar todas
sus viejas cosas que se dejó en Londres.
Mycroft es
propietario de varios restaurantes de alta cocina en Londres y en el
2x07 abre uno nuevo en Nueva York, el Diógenes, con lo que así
puede ver a su hermano y a Joan más a menudo. En su siguiente visita
Mycroft le dice a Sherlock que su padre le cortará el grifo si no
abandona Nueva York y regresa a Londres, pero tras pensárselo
Sherlock se niega a dejar la ciudad y Mycroft le promete transmitirle
el mensaje a su padre, pero entonces descubrimos que el ultimatum del
padre es mentira, que es Mycroft quien quiere que Sherlock se largue
de Nueva York, y no es hasta los últimos capítulos que descubrimos
la razón de que quiera librarse de su hermano.
Sherlock y su hermano Mycroft |
En el 2x10 un
tipo al que Sherlock le arruinó la vida dispara contra él y el
inspector Bell intercepta la bala, quedándole el brazo inutilizado,
con lo que ya no puede seguir siendo inspector. Sherlock se traga su
orgullo y le pide perdón, ya que es su forma de ser lo que ha
causado esta situación, pero Bell no quiere verlo ni en pintura,
pues por su culpa ya no podrá seguir desempeñando su trabajo. Esta
trama dura varios capítulos. En el 2x12 regresa Moriarty, y Sherlock
se ve obligado a trabajar con ella en un caso. En el 2x16 y el 2x17
vuelve Lestrade y en los últimos capítulos todo se acelera y el
secreto de Mycroft sale a la luz, poniendo la vida de Sherlock,
Watson y la suya propia en peligro.
Me encantó que
en esta temporada introdujeran al hermano de Sherlock Holmes. La
serie es una versión muy libre que nada tiene que ver con los
relatos, pero cuando meten algo que sí sale en los relatos eso me
entusiasma, aunque le den un enfoque distinto. La primera vez que vi
esta temporada, cuando la pusieron en Cuatro, me volvía loco cada
vez que Mycroft aparecía, sobretodo en el primer capítulo, estaba
superflipado, y me moría de la intriga por saber qué estaba
ocultando, pero como pasa siempre, te dan la información con
cuentagotas y tienes que esperar al final de temporada para
enterarte.
Otra cosa que me
encantó fue el capítulo de Moriarty. Ver a Sherlock trabajando con
ella en un caso es algo que no tiene precio, su química es
innegable. Es bastante curioso que pese a todo el daño que le causó,
Moriarty y Sherlock sigan carteándose. La recta final de la
temporada, los últimos tres capítulos, son muy intensos y el final
es bastante sorprendente. Ahora manos a la obra con la 3ª temporada.
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