Armand Degas, alias “El Mirlo”, es un asesino a sueldo del crimen organizado al que envían a Detroit a hacer un trabajito y al acabar decide ir a visitar a su abuela. Armand para en un restaurante de carretera y allí conoce a Richie Nix, un macarra que a punta de pistola lo obliga a que lo lleve en su coche. Richie no para de hablar durante todo el trayecto, de los chanchullos en los que estuvo metido, de cuando estuvo en la cárcel y tal, y al final le ordena a Armand que le dé su cartera. El Mirlo acaba hartándose y le apunta con su propia arma, tras decirle que se dedica a matar gente, pero para su sorpresa Richie no solo no se asusta sino que le dice que es justo el hombre que estaba buscando, y le habla del asunto que se trae entre manos.
Richie está extorsionando a un agente inmobiliario, Nelson Davies, exigiéndole 10.000 $ a cambio de que no le destroce las casas que su agencia está tratando de vender, pero no cree que Nelson se haya tomado su amenaza en serio. A Armand le interesa el plan y se asocia con él, y ambos se dirigen a la agencia para exigirle a Nelson la pasta.
Da la casualidad de que la noche en la que se presentan allí Wayne y Carmen Colson se encuentran en la agencia. Carmen trabaja para Nelson vendiendo casas y ha convencido a su marido, que es ferrallista (se dedica a colocar vigas en los edificios en construcción) para reunirse con Neson con el fin de montar su propia agencia inmobiliaria. Richie y Armand confunden a Wayne con Nelson y le exigen los 10.000 $ a punta de pistola. Él les asegura que se equivocan de persona y que no sabe de qué le están hablando y ellos creen que está tratando de escaquearse y amenazan con matarlo. Wayne les dice que tiene el dinero en el maletero del coche, pero lo que tiene allí es una gran llave que utiliza en su trabajo y les da una buena paliza con ella, obligándolos a salir por piernas.
Wayne y Carmen denuncian lo sucedido a la policía y estos los ponen al corriente sobre lo peligrosos que son Richie y Armand, hablándoles de la larga lista de antecedentes que cargan a sus espaldas, y a Wayne le cabrea la actitud de la policía, que parece que en cierto modo les echan la culpa a ellos de que intentaran atracarlos.
La policía lanza una orden de busca y captura aunque no sirve de mucho ya que Armand y Richie son dos tipos muy escurridizos que se las saben todas y no se detendrán antre nada hasta haber matado a los Colson, pues estos les han visto la cara y son un cabo suelto que no pueden tolerar.
El libro está bien pero no es de los mejores de Elmore Leonard. Tiene buen ritmo, es fácil de leer y esa peculiar ironía que caracteriza los libros de Leonard, pero le sobran muchas páginas y la confrontación final entre Richie y Armand y los Colson se alarga demasiado, tarda mucho en producirse y lo que hay entre medias solo sirve de relleno. Es simplemente entretenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario