La
novela transcurre entre los años 20 y 30, durante la Ley Seca y el
auge de los atracadores de bancos y gira en torno a dos personajes,
Carl Webster, un joven policía con mucha sangre fría al que no le
tiembla la mano si tiene que cargarse a algún criminal, y Jack
Belmont, cuya máxima aspiración es convertirse en el enemigo
público número uno.
Carl
tenía 15 años cuando se vio cara a cara con Emmett Long, un
conocido y temido ladrón de bancos. Carl estaba en una tienda
comprándose un helado cuando entró Emmett Long; Emmett le quitó el
helado y se lo comió delante de él y justo en ese momento entró un
indio de la policía tribal y Emmett se lo cargó. Carl le contó a
la policía lo que había pasado y unos días más tarde dieron con
Emmett y con su socio. Unos meses después Carl se cargó a un tipo
que le estaba robando las vacas. Le dijo que si no le devolvía las
vacas le dispararía y el otro no lo tomó en serio así que le
disparó y lo mató. Su padre le preguntó si lamentaba haberlo hecho
y él le respondió que lo que lamentaba era que no le hubiera hecho
caso, pues de hacerlo no estaría muerto.
Seis
años más tarde Carl ha terminado su formación para ayudante de
sheriff y se dedica a perseguir criminales, sobretodo atracadores de
bancos. Un periodista llamado Tony Antonelli escribe varios artículos
sobre él, convirtiéndolo en una celebridad, sobretodo por su sangre
fría, pues cuando pilla a un criminal y le ordena que se rinda lo
hace sin sacar su arma, ya que si lo hace es para disparar a matar, y
eso es lo que siempre acaba pasando. Un auténtico tipo implacable.
Por
su parte Jack Belmont inició su carrera criminal a los 18 años,
haciéndole chantaje a su padre. Su padre se hizo rico con la
extracción de petróleo y Jack descubrió que tenía una amante, así
que le pidió 10.000 $ por no decírselo a su madre. Su padre lo
mandó al cuerno y lo envió a hacer el peor trabajo imaginable:
limpiar los tanques de petróleo desde dentro. Pero eso no era
trabajo para Jack, que hizo explotar uno de los tanques el primer día
y luego secuestró a la amante de su padre para obligarlo a pagar,
pero lo que hizo su padre fue denunciarlo a la policía y Jack fue
dos años a prisión. Allí dentro conoce a Emmett Long y al salir se
une a su banda, y así es cómo se cruzan los caminos de Carl y Jack.
Con
esta novela uno no puede hacer otra cosa que rendirse ante el
increíble talento de Elmore Leonard. Es sin duda la mejor novela de
su extensa obra y no soy el único que lo dice. El mismo Stephen
King, que siempre ha admirado a Leonard (en su libro “Mientras
escribo” incluye un extracto de uno de sus libros, poniéndolo como
ejemplo de un diálogo bien escrito), dijo de este libro que le
parecía increíble que Elmore Leonard hubiera escrito su mejor
novela a la edad de 79 años. Y no le falta razón. A esa edad tú
das por sentado que un escritor andará de capa caída y que lo que
escriba estará muy lejos de sus mejores obras, pero los últimos
libros de Elmore Leonard son tan buenos como los que escribió
estando en la cumbre de su carrera, y aún después de este escribió
cuatro libros más, hasta que murió a los 88 años.
En
la mayoría de sus libros aparecen criminales de tres al cuarto,
ladrones, traficantes o mafiosos que no suelen ser muy listos y que
siempre acaban metiendo la pata. “Un tipo implacable” me parece
su mejor novela de lejos porque tiene un tono más serio, al estar
ambientada en tiempos de la Ley Seca y tratar sobre un aspirante a
enemigo público número uno y el poli que le va detrás, aunque
también tiene esas pinceladas de ironía tan habituales en las
novelas de Elmore Leonard. Carl Webster es un personaje que me
encanta, todo un tipo duro que no se arredra ante nada y también un
poco chulo, y Jack Belmont tampoco se corta un pelo, son tal para
cual.
La
novela es fantástica, indispensable si te gusta este autor y yo la
recomiendo encarecidamente.
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