Daniel Tammet es un genio de las matemáticas. De niño le diagnosticaron el Síndrome de Asperger, pero también es sinestésico (cuando se cruzan los sentidos, como oler los colores o ver los sonidos; en el caso de Daniel él ve los números en colores, siluetas y distintas texturas) y además padece el Síndrome del Sabio, su memoria prodigiosa le permite aprender un idioma en una semana (habla diez, incluyendo el esperanto y uno inventado por él) y tiene en su haber un record Guinness: en 2004 recitó de memoria los primeros 22.514 dígitos del número Pi, sin equivocarse, durante más de cinco horas.
Yo antes de ahora no tenía ni idea de quién era Daniel Tammet pero vi este libro en la biblioteca y no dudé en llevármelo porque me encantan las matemáticas (he visto una película sobre el tema, “La habitación de Fermat”, la serie “Numbers”, en la que se utilizaban las matemáticas para ayudar a resolver crímenes y me he leído “La música de los números primos”, que trata sobre los matemáticos que aportaron su granito de arena al complejo mundo de los números primos, desde la Antigua Grecia hasta el presente). Si crees que aquí tendrás que tragarte alguna de esas ecuaciones complicadas solo comprensibles para cerebritos, puedes respirar tranquilo, porque no hay nada de eso. Lo cierto es que para ser un libro de matemáticas, estas se enfocan de una forma bastante abstracta, así que no corres peligro de aburrirte.
El libro consta de 25 ensayos sobre las “matemáticas de la vida”, según las palabras del propio autor. Algunos de estos ensayos son autobiográficos, Daniel nos habla de su familia, de cómo es ver el mundo a través de sus ojos, nos habla del episodio del Guinness y lo que se le pasaba por la cabeza minutos antes de empezar a recitar los números y durante la prueba. Los otros ensayos hablan sobre la belleza intrínseca de las matemáticas y las curiosidades matemáticas que se ocultan en muchas de las cosas que nos rodean. ¿Sabías que en islandés hay un montón de palabras para contar hasta cuatro, dependiendo de qué es lo que quieras contar? Cuatro es fjórir, pero cuatro ovejas se dice fjórar y un niño de cuatro años se dice fjógurra. Y con el chino pasa algo similar.
¿Sabías que hay una tribu en el Amazonas que no conoce los números? Si le preguntas a un indígena te dirá el nombre de cada uno de sus hijos pero no sabrá decirte cuántos hijos tiene. Por lo mismo, esta tribu, los pirahã, no hace planes que excedan el día de duración, y no distinguen un pájaro de una bandada ni entre una persona y un grupo de personas.
Daniel también nos habla de las tablas de multiplicar y de los hermosos patrones que esconden; de cuando Shakespeare descubrió la existencia del cero, algo que le fascinó sobremanera y que reflejó en muchas de sus obras; de las clases de matemáticas que impartía Pitágoras, de los números astronómicamente grandes, de por qué percibimos que la nieve es blanca y de cuál es la auténtica forma de los copos de nieva, de la probabilidad matemática de que haya vida en otros planetas, de la poesía inherente de los números primos y más cosas por el estilo.
El libro me ha gustado. Yo me esperaba un libro de matemáticas puro y duro y no uno tan poético como este, pero aún así me ha gustado y Daniel Tammet es una persona digna de admiración. Tiene Asperger, sinestesia y posee un cerebro único en su clase, su vida no ha sido fácil pero no ha arrojado la toalla y aquí demuestra, al igual que en sus libros anteriores, que se le de muy bien lo de escribir y hacer comprender a los demás lo que es vivir en su piel y lo hermosos de una asignatura como las matemáticas. En resumen, un libro muy recomendable.
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