Ted McKay está a punto de suicidarse cuando alguien empieza a tocar insistentemente el timbre de su casa. Así es incapaz de hacerlo y decide esperar a que la persona que está delante de su casa se marche, pero entronces ve sobre su escritorio una nota escrita de su puño y letra con el mensaje “Abre la puerta. Es tu última salida”, nota que no recuerda haber escrito. El timbre vuelve a sonar y Ted decide abrir la puerta y al otro lado encuentra a un desconocido llamado Lynch, que parece saber exactamente lo que Ted estaba a punto de hacer, y le hace una propuesta dificil de rechazar, que evitará que su familia sufra las terribles consecuencias de su suicidio.
Tras hacer lo que Lynch le pide Ted descubre que éste no fue totalmente sincero con él y que lo ha manmipulado en su propio beneficio, utilizándolo como un títere. Ted empieza a sufrir extraños deja vus y a no ser capaz de distinguir entre realidad y fantasía, llegando a dudar de su propia mente.
Soy un fan de Federico Axat desde que leí su primera novela, por eso no cupe en mí de gozo cuando vi esta su última novela en la biblioteca. Desgraciadamente el día anterior me había llevado a casa “Relojes de hueso” y “Azazel” y no era plan de paralizar su lectura para ponerme con el de Axat, así que tuve que esperar a terminar esos libros para llevármelo a casa. Por suerte nadie se me adelantó.
Las novelas de Federico Axat se caracterizan por un inesperado giro argumental en el tramo final que te deja con la boca abierta y un ritmo rápido que hace que no puedas parar de leer. En este caso los giros se producen casi desde el principio y no solo uno, sino que hay varios a lo largo de toda la novela, cada uno más alucinante que el anterior. Axat se supera con cada nueva novela y esta es sin duda la mejor de las que ha escrito. Altamente recomendable.
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