“Relojes de hueso” es una novela de David Mitchell, autor de “El atlas de las nubes”, finalista del Man Booker y galardonada con el World Fantasy Award. La tenían en la biblioteca y el bibliotecario me la recomendó porque sabe que me gusta el género fantástico, pero pospuse su lectura hasta haber leído antes “El atlas de las nubes”, que llevaba más tiempo en mi lista de pendientes.
La novela transcurre a lo largo de 60 años, desde 1984 hasta el 2043 y está dividida en seis partes (1984, 1991, 2004, 2015, 2025 y 2043), en cada una de las cuales se nos dice qué ha sido de la protagonista en esos años, Holly Sykes, que al principio de la historia es una adolescente de 16 años. Menos la primera y la última, que están narradas por la propia Holly, el resto están narradas por personas cercanas a ella.
Al principio de esta historia Holly Sykes tiene 16 años y sale con un chico de 24. su madre lo descubre y tienen una bronca monumental tras la que su madre le da una bofetada, y después de eso Holly decide irse de casa. Holly se dirige a casa de su novio para pedirle que le deje quedarse unos días con él, pero lo sorprende en la cama con su mejor amiga y después de eso no sabe qué hacer, lo único que sabe es que no puede volver a casa y darle la razón a su madre, pues siempre estaría recordándoselo.
Cuando era niña Holly tenía visiones e incluso una amiga imaginaria, la señorita Constantin, pero tras llevarla sus padres a terapia éstas desaparecieron, incluyendo su amiga imaginaria. Pero vagando por las calles se encuentra con una extraña mujer llamada Esther Little que le pide “asilo”, sea lo que sea eso. Holly le dice que sí y tras ese encuentro las visiones vuelven más intensas que nunca. Holly consigue trabajo en una granja recogiendo fresas pero solo pasa allí unos pocos días, pues su amigo Ed se presenta para decirle que su hermano pequeño ha desaparecido y la policía cree que ha podido irse con ella; por eso a Holly no le queda más remedio que regresar a casa y explicar a sus padres y a la policía que no sabe dónde está su hermano. Pasarán décadas hasta que Holly sepa qué le ocurrió a su hermano.
De entrada esta parece una novela normal y corriente, con personajes realistas y sus dramas familiares, amistades, romances y traiciones, pero de pronto te mete escenas de fantasía en medio que resultan un poco confusas. No es hasta las últimas 200 páginas que se explica completamente de qué va esta trama fantástica, pero mientras, cada vez que hay una de estas escenas el lector se queda bastante desconcertado porque apenas le da información de lo que está pasando. Pero una vez se dan las explicaciones pertinentes todo lo ocurrido en el libro cobra sentido. El libro me ha gustado mucho. No sabía qué iba a encontrarme cuando empecé a leerlo pero el resultado ha sido muy satisfactorio. En ciertos aspectos me ha recordado a “El atlas de las nubes”, por los saltos en el tiempo y el tono tan distinto entre cada parte. La trama fantástica me ha parecido genial, un poco loca pero genial, y una vez llegan las explicaciones se te pasa volando. Personalmente me gustó mucho la última parte, que actúa a modo de epílogo, que nos presenta un mundo sin petróleo, electricidad ni Internet y donde el dinero no tiene valor alguno.
Es una novela absolutamente recomendable.
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