Adam Dalgliesh tiene que investigar la muerte del doctor Larrimer, jefe del departamento de biología del laboratorio forense Hoggatt, encontrado en su laboratorio con un golpe letal en la cabeza. Al investigar a la víctima e interrogar a sus compañeros de trabajo y personas cercanas a él, Dalgliesh descubre que era un hombre bastante apático y que no se llevaba bien con muchos de sus compañeros y empleados. Algunos de ellos tenían sobradas razones para matarle y el asesino podría ser cualquiera de ellos.
Este año me he leído algunas novelas policiacas pero ya hacía bastante tiempo desde la última; tenía ganas de volver a este género, uno de mis favoritos, así que opté por P. D. James, esta adorable ancianita que murió hace ya 4 años, digna heredera de Agatha Christie, a la nada despreciable edad de 94 años. Adam Dalgliesh, policia y poeta, es el protagonista de la mayoría de sus novelas, 14 en total, y esta es la sexta, pero no hace falta leerlas en orden.
“Muerte de un forense” me ha gustado. Es fácil de leer y de prosa ágil y directa, y no es hasta el final que descubres la identidad del asesino y el móvil. Es toda una sorpresa y hasta la revelación, a mi parecer, cualquiera podía ser el asesino. En la mayoría de estas novelas la víctima se descubre en las primeras páginas, pero en esta no ocurre hasta pasadas las cien primeras y durante estas vamos conociendo a la futura víctima y a todos los que se relacionan con ella. Al principio la víctima podría ser cualquiera, pero al ver que varios personajes tienen problemas con la misma persona, estaba bastante claro que iba a ser Lorrimer el elegido.
En fin, una muy buena novela policiaca.
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