El volumen 2 de este Batman reimaginado por Geoff Johns se publicó en 2015 y desde entonces no supimos nada del tercer y último volumen de esta trilogía. Parecía que íbamos a quedarnos con las ganas, pero finalmente en 2021, tras 6 años de espera, el volumen 3 vio la luz.
En estas páginas Batman debe afrontar las consecuencias de lo ocurrido en el anterior volumen, y Johns recupera algunos personajes que nos presentó en él y cuya historia apenas vislumbramos, como Killer Croc y Catwoman, que aquí están del lado de Batman.
Alguien está suministrando armas de gran calibre a las distintas bandas criminales y la policía a duras penas puede hacerles frente, así que Gordon le pide ayuda a Batman para averiguar la identidad del misterioso traficante de armas y detenerlo antes de que la cosa vaya a más. Pero al interrogar a un criminal de baja estofa, el nombre que le da deja a Batman descolocado, pues el traficante de armas dice ser Harvey Dent. Batman sabe que no puede ser él, ya que Harvey murió en el volumen 2, pero esto le hace sospechar de Jessica, la hermana de Harvey y alcaldesa de Gotham.
Tras la muerte de Harvey, Jessica sufrió un breve episodio psicótico y sde dirigió a Bruce como si fuera Harvey, y esto le hace desconfiar de ella. Pero estando con Jessica reciben una llamada del propio Harvey Dent. Sea un impostor o por alguna milagrosa razón el auténtico Harvey Dent, éste planea unificar a todas las bandas criminales bajo su mando y utilizarlas para reducir Gotham a cenizas.
Bruce sabe que no puede hacer esto solo y que hay personas que se preocupan por Gotham y que luchan a su manera contra el crimen y la violencia. Su plan es buscarlos y entrenarlos, e inicialmente contará con la ayuda de Alfred, Gordon, Killer Croc y Catwoman (aunque esta lo hace por dinero), para detener a este Harvey Dent.
Por otro lado, Bruce debe hacer frente a un sorprendente asunto familiar. Un anciano es encontrado delirando incoherencias en un psiquiátrico abandonado. El hombre afirma ser Adrian Arkham, el abuelo materno de Bruce. Pero eso es imposible, pues Martha le contó a Bruce que vio cómo su madre disparaba a su padre y luego se arrojaba al vacío desde lo alto de la mansión Arkham. Pero las huellas dactilares y los registros dentales lo identifican como Adrian Arkham, así que Bruce se lo lleva a su casa para darle los mejores cuidados.
Geoff Johns es uno de los mejores escritores de cómics de todos los tiempos y todo lo que escribe es una auténtica maravilla. Llevaba mucho tiempo esperando a que se publicara este tercer volumen y la historia me ha gustado, pero está muy por debajo del segundo volumen, que es una obra maestra.
Tiene cosas que molan, como el descubrimiento de la batcueva, el pasado de la familia materna de Bruce Wayne, el vistazo en las últimas páginas a la batfamilia y el villano es muy interesante, aunque su identidad estaba clara desde el principio. Lo que no me gusta nada es Catwoman. Está demasiado sexualizada y su uniforme no tiene nada que ver con el clásico negro de una pieza. Un top apretado y un pantaloncito supercorto es lo que lleva. Más que Catwoman parece Harley Quinn. Buff.
Eso sí, la última viñetz te vuela completamente la cabeza y te da unas ganas locas de que llegue ya el cuarto volumen, pero las otras series de esta colección están formadas por trilogías, así que creo que la cosa acaba aquí. Ojalá que no.