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viernes, 3 de febrero de 2012

Echo Park, de Michael Connelly


Argumento 

El detective Harry Bosch nunca consiguió resolver el asesinato de Marie Gesto. Nunca encontró al asesino ni halló el cadáver de Marie. Ahora, trece años después, tiene la oportunidad de resolver el caso cuando el fiscal del distrito pide su ayuda en el caso de Raynard Waits, un asesino que mató y descuartizó a dos mujeres. Waits ha hecho un trato con el fiscal y a cambio de la cadena perpetua está dispuesto a confesar otros nueve asesinatos. Uno de ellos, el de Marie Gesto.

Harry Bosch y su compañera lo interrogan exhaustivamente y la historia que les cuenta parece concordar con las pocas pruebas de las que disponen. Harry finalmente acepta que han atrapado al asesino y puede sacarse de una vez por todas esa espina que tenía clavada desde hacía tanto tiempo, y al día siguiente forma parte del grupo que acompaña a Waits al lugar en el que enterró el cadáver de Marie.

Pero una vez allí Waits se hace con un arma y matando a dos policías e hiriendo de gravedad a la compañera de Harry, consigue darse a la fuga. Harry es suspendido de empleo mientras se investiga lo que ha ocurrido, aunque, al mismo tiempo, lleva a cabo su propia investigación con la ayuda de la agente del FBI Rachel Walling, su ex–novia. Repasando toda la información de que dispone se da cuenta de que, al ser presa de sus emociones por estar frente al asesino que se le había escapado durante tantos años, se le pasaron por alto algunos detalles que se contradicen, y todo parece indicar que ha sido víctima de un engaño.

Alguien se ha tomado muchas molestias para hacerle creer que había pillado al asesino, pero, ¿quién?

Opinión 

Echo Park” fue el primer libro que me leí de Harry Bosch y lo hice por recomendación de mi bibliotecario (chicos, haced siempre caso a vuestro bibliotecario, que sabe mucho del tema). Siempre que me recomienda un libro acierta de pleno y con éste no podía ser menos. Con “Echo Park” quedé fascinado con el personaje de Harry Bosch, un policía al estilo de Harry el Sucio que se salta las normas cuando le conviene, te manda a tomar por culo si le tocas las narices y que no duda en arriesgar su vida para pillar al asesino de turno y salvar a la víctima, y cuando no puede es incapaz de conciliar el sueño. Me gustó tanto el personaje de Bosch que me leí los otros libros suyos que había en la biblioteca (5 o 6), que ahora me estoy releyendo, y se convirtió en una de mis series policiales favoritas.

Desde el libro anterior, “Último recurso”, Bosch está en Casos Abiertos, donde investigan y tratan de resolver casos que no se resolvieron 10 o 15 años atrás, y estos casos son para mí mucho más interesantes, porque al llegar en sú día a un callejón sin salida parecía que el asesino se iría de rositas, y al resolverse finalmente se hace justicia, tanto para el asesino como para la familia de la víctima.

Este caso también pertenece a esta categoría, y Bosch por fin consigue sacarse esa espina que tenía clavada desde hacía 13 años, aunque resolverlo no será un camino de rosas.
Decir que el libro es bueno es quedarse corto. Te engancha desde el principio y resulta imposible dejar de leer, menos aún cuando se produce ese espectacular giro que te deja con la boca abierta, a partir del cual las cosas empiezan a complicarse. Pero no todo es perfecto. El final me pareció algo apresurado y rebuscado. Eso no quita que la lectura de este libro haya sido un tiempo bien empleado. Estoy bastante satisfecho con el libro y os recomiendo que lo leáis.
Como dicen en la contraportada, el crimen es no leer a Michael Connelly, así que, ¡no cometáis ningún delito!

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