La primera vez que me leí este libro
fue al poco de que saliera, en 2007. soy socio de mi biblioteca desde
1999 y he cogido tantísimos libros que tengo muy buena relación con
el bibliotecario; muchas veces me recomienda libros (gracias a él
conocí a John Connolly) y yo, otras, hago algunas donaciones. Fíjate
si tengo buena relación con él que cuando le llegó este libro me
lo dio directamente, aún envuelto en plástico y sin registrar ni
nada. O sea que si yo hubiera sido un poco cabrón podría habérmelo
quedado (sé de alguien que hizo esto con el Tomo I de Tormenta de
Espadas, qué hijo de su madre).
Entonces hacía 7 u 8 años que me
había leído “Los pilares de la tierra” y lo recordaba bien
poco, así que puesto elegir entre los dos, el presente libro me
pareció mejor. Este año he vuelto a leer ambos libros y la verdad
es que no lo tengo tan claro. “Los pilares de la tierra” tiene
partes algo pesadas, pero conocemos cómo es el proceso de
construcción de una catedral y es todo un clásico. Éste tiene
todo él una prosa fácil de leer y en ningún momento se pone
pesado, pero tiene poco que ver con la catedral; la 1ª mitad del
libro se centra en la construcción de un puente y la 2ª mitad sobre
la reconstrucción de una torre de la catedral. Escoger uno por
encima del otro me resulta algo difícil porque los dos son buenos a
su manera; en vez de verlos como el primer libro y su continuación,
los veo como dos entidades separadas. Este lo vendieron como la 2ª
parte de “Los pilares de la tierra”, pero 2ª parte implica
retomar la historia original y eso no es lo que pasa; para mí es
simplemtne otro libro que se desarrolla en el mismo lugar, 200 años
después.
Decidí volver a leerlo por la misma
razón que lo hice con el predecesor, cuando vi la serie me acordaba
más bien poco, pero me escandalicé al ver los cambios tan drásticos
que había hecho Ridley Scott así que decidí refrescar la memoria
(mi cabreo fue en aumento a medida que iba leyendo).
|
Wulfric y Gwenda |
El libro transcurre en el S. XIV en
Kingsbridge, 200 años después de “Los pilares de la tierra”, y
al igual que en aquél, abarca más de tres décadas en la vida de
sus protagonistas, desde los 9-10 años hasta los cuarenta y tantos.
Estos son cuatro: Gwenda, Caris, Merthin y Ralph. Merthin y Ralph son
hermanos y descendientes de Jack y lady Aliena, y Caris desciende de
Martha, la hija de Tom Builder.
Al principio del libro los cuatro son
testigos de un suceso que los marcará de por vida: en lo profundo
del bosque ven a un caballero luchar a muerte contra otros dos.
Cuando parece que está a punto de caer, Ralph interviene y mata de
un flechazo a uno de los dos caballeros. Los chicos salen huyendo,
pero Merthin se queda rezagado y ve cómo el primer caballero acaba
con el otro a duras penas. Éste, Thomas de Langley, le pide ayuda
para enterrar una carta y le hace prometer que jamás se lo dirá a
nadie, pues ambos acabarían muertos si llega a descubrirse. Merthin
se lo promete y Thomas de Langley entra en el priorato de Kingsbridge
como monje, donde sus perseguidores no podrán ponerle la mano
encima. Y como pasaba con el ahorcamiento en “Los pilares de la
tierra”, a lo largo del libro iremos descubriendo puntual
información sobre lo que esconde esa carta y su relación con la
muerte del rey, Eduardo II, pero no es hasta el final que
descubriremos toda la verdad.
|
Merthin y Caris |
Luego de esta introducción la historia
da un salto de 10 años y es entonces cuando empezamos a conocer cómo
son los protagonistas. El padre de Merthin y Ralph es un conde venido
a menos que se vio obligado a ceder todas sus tierras y posesiones al
priorato, pues no podía hacer frente a la deuda adquirida, así que
el principal objetivo de Ralph es llegar a ser caballero algún día
para así devolverle a su familia la gloria perdida. Ralph es uno de
los personajes más antipáticos y desagradables del libro, pues es
un bruto sin cerebro que disfruta con la violencia y muchas veces la
fortuna le sonríe más que a su hermano, algo habitual en la obra de
Ken Follett; a mí me recordó mucho a William Hamleigh, del primer
libro. El conde Roland, conde de Shiring, lo hace escudero suyo y con
el paso de los años irá ascendiendo en el escalafón, así como en
brutalidad.
Siendo escudero toquetea a la prometida
de un hijo de campesino, Wulfric, y este no duda en romperle la
nariz, aún sabiendo que agredir a un escudero es como agredir al
propio conde. Vengativo como es Ralph, se lo hará pagar con creces
durante años, haciéndole la vida imposible y sometiéndole a un
montón de dificultades. Además acabará obsesionándose con Gwenda
de mala manera.
Gwenda pertenece a la clase social más
baja y es la que peor lo pasa en el libro. Su padre malvive como
jornalero y cuando no hay trabajo la utiliza para robar entre las
multitudes a los grandes señores, sustituyendo a su hermano, que ya
es mayor para hacerlo. Este hombre es un ser tan despreciable que
llega a vender a su propia hija a unos proscritos a cambio de una
vaca, y lo increíble es que tanto el alguacil como los monjes del
priorato le dan la razón. Pero Gwenda es una chica dura y con
recursos y no tarda mucho en recuperar su libertad.
Cuando el viejo puente se viene abajo,
muere mucha gente, entre ellos la familia de Wulfric. Este quiere
heredar las tierras de sus padres, pero es menor y no tiene dinero,
pero le dejan trabajar las tierras hasta que sea nombrado un nuevo
señor. Gwenda, que está enamorada de él, lo ayuda en esa dura
labor, y cuando el nuevo señor se niega a devolverle sus tierras, su
prometida lo abandona, pues de amor no se vive, y se ve obligado a
trabajar en sus tierras, que ahora pertenecen a otro, como un vasallo
más. Gwenda se queda con él, y se casarán y tendrán hijos, y
llevarán una vida muy dura, esperando que algún día recuperen las
tierras de los padres de Wulfric.
|
Godwyn y su madre Petronilla |
Pero los protagonistas principales son
Merthin y Caris. Ambos son pareja desde los 18-19 años y durante los
siguientes veintitantos años pasan por varios altibajos (llega un
momento que tanto ahora sí-ahora no se hace cansino; parecen Ross y
Rachel) y dificultades. El padre de Caris ocupa el puesto más
importante de Kingsbridge, el de mayordomo real, equiparable al de
prior, y ante él responden todos los gremios. Además es el
principal comerciante de lana de Kingsbridge.
El hundimiento del puente afecta y
mucho al mercado de Kingsbridge, y es Caris la que salva el negocio
de su padre de la ruina cuando convierte el excedente de lana en
paños y los tiñe de rojo escarlata, algo que solo hacían en
Italia. Merthin quiere casarse con Caris y formar una familia, pero
eso entra en los planes de ella, que no quiere renunciar a su
libertad ni convertirse en la esclava d eMerthin, y esto supone la
primera crisis seria en su relación. Caris quiere ser médico y
ayudar a los demás, pero solo los monjes pueden ejercer la medicina.
Cuando surge la posibilidad de que Merthin se vaya de Kingsbridge
para ganarse la vida, Caris acepta casarse con él, pero entonces es
acusada de brujería y la única forma de esquivar la hoguera es
ingresar en el convento de por vida (una prueba de ser una bruja es
tener un lunar en el pecho o en el pubis, y Caris tiene uno ahí
abajo). En los años siguientes, entre las paredes del convento
conseguirá darle un sentido a su vida, implicándose activamente en
las mejoras del convento y en los conflictos entre la madre superiora
y el prior, y cuando la Peste Negra entra en escena, todos acudirán
a ella, pues sus métodos para evitar el contagio serán los únicos
que funcionen, y así llegará a convertirse en alguien importante
dentro de la comunidad.
Merthin es albañil y su sueño es
construir el edificio más alto de Europa, y como personaje principal
de un libro de Ken Follett, pasa por un montón de dificultades, no
solo con Caris sino también en su trabajo. Elfric es el maestro
constructor de Kingsbridge, pero es un inepto y en su calidad de
aprendiz Merthin sabe mucho más que él. Elfric lo despide cuando
solo le faltan 6 meses para terminar su aprendizaje (su hija, que
estaba embarazada, sedujo a Merthin para que se acostara con ella,
hacerle creer que el hijo es suyo y obligarle a que se casar con
ella, pero Merthin lo descubre y se niega en redondo), y de esta
forma nadie quiere contratarlo. Pero con mucho esfuerzo consigue
demostrar su valía y empieza a hacerse un nombre.
|
Sir Robert de Langley |
La principal fuente de problemas de
Mhertin es la construcción del nuevo puente, el cual ocupa medio
libro y esto es debido a la cantidad de dificultades a las que
Merthin debe hacer frente. Elfric, que se la tiene jurada desde lo de
su hija, compite con él para hacerse con el proyecto del puente.
Luego, como la falta del puente afecta al mercado, no hay dinero para
seguir con la construcción del puente y hay que suspenderla, y
luego, cuando lo hay, el conde Roland les impide sacar piedra de la
cantera. Y más cosas.
Cuando Caris entra en el convento
Merthin se queda destrozado, y se marcha a Florencia, donde prospera
y se convierte en uno de los constructores más reputados y ricos.
Entonces surge la Peste Negra, que hace estragos en la ciudad y
Merthin cae enfermo aunque se recupera, no así sus seres queridos y
amigos, así que decide regresar a Kingsbridge, pero la Peste llega
hasta allí y diezma radicalmente a la población. Luego viene lo de
la reconstrucción de una de las torres de la catedral, a la que le
han salido grietas y empieza a inclinarse, así que hay que
derribarla y construir una nueva, y ante este proyecto Merthin
también tiene que pasar por varias dificultades.
Y por último están Godwyn, Petronilla
y Philemon, que son los personajes más manipuladores y ruines del
libro, aunque nada tan extremo como el retrato que se hace de ellos
en la serie.
Godwyn es el primo de Caris y es monje
y lo que más desea es ser prior, y cuando el viejo prior muere
empieza a manipular a los monjes para que lo eligan a él, sin que
ellos se den cuenta, claro. De entrada Godwyn no cae mal, y es
comprensible que haga lo que hace para llegar a prior, pero a partir
de que lo consigue se embriaga de poder y se vuelve ruin y ladino, y
es él quien causa los mayores problemas a Caris, Merthin y la madre
superiora del convento.
Su madre Petronilla es tan fría y
calculadora como él (en realidad más) y su único objetivo es que
Godwyn llegue a lo más alto, sin importarle lo más mínimo a quién
pisotee por el camino, y siempre se pone de su parte, pese a quien
pese.
Y Philemon es el hermano de Gwenda.
Entra de novicio en el priorato y enseguida se convierte en la mano
derecha de Godwyn, y es más ladino y retorcido que Godwyn y su madre
juntos. Es el personaje más antipático de todos y con el paso de
los años también irá ascendiendo en el escalafón.
|
El famoso puente |
Y ahora, por fin, mi opinión.
Como he dicho al principio, el libro me
ha gustado mucho. Los personajes son muy interesantes, incluso
aquellos que te hacen hervir la sangre, aunque como digo, llega un
punto en que lo de Caris y Merthin se hace cansino (rompen y vuelven
como 4 veces). Las tramas también son muy buenas, te enganchan desde
el principio y no te sueltan hasta las últimas páginas. Luego
también aprendes bastante sobre construcción y sobre lo de la Peste
Negra, de lo que yo sabí bien poco y los métodos para evitar el
contagio. Usando la Peste Ken Follett se carga a buena parte de los
personajes más antipáticos (aunque no a todos) y eso huele a Deux
Ex Machina que tira p'atrás. Ay, Ken, Ken.
Al igual que ocurría con “Los
pilares de la tierra”, las últimas 200-300 páginas se hacen algo
cuesta arriba y en mi opinión sobran; lo de la hija de Merthin, por
ejemplo, es puro relleno que no aporta nada. Pero en general el libro
es bastante bueno, yo le daría un Notable Alto.