Nikki Heat tiene que investigar el
asesinato de Cassidy Towne, una conocida periodista sensacionalista
que ha aireado los trapos sucios de muchos famosos y gente
importante, arruinando la vida de algunos de ellos, así que la lista
de personas que deseaban verla muerta es muy, muy larga. Al llegar al
apartamento de la víctima lo encuentra todo revuelto, el cadáver
sentado en una silla y a Jameson Rook sentado en la cocina, tan
tranquilo.
Nikki no sabía nafa de él desde hacía
tres meses, cuando rompió con él tras una fuerte discusión sobre
el artículo que Rook escribió sobre ella en el que exponía a la
luz pública todas sus intimidades (como el asesinato de su madre),
convirtiéndola en un personaje público de la noche a la mañana.
Al parecer, Rook estaba escribiendo un
artículo sobre Cassidy Towne y llevaba un par de semanas
acompañándola a todas partes. Fue Rook el que encontró el cadáver
y llamó a la policía, y como tiene información de primera mano
sobre Cassidy y de quién podría tener motivos para matarla, el
capitán Montrose obliga a Nikki a cargar de nuevo con él.
Mi opinión de este libro es la misma
que del anterior, la narrativa es muy simple y se lee casi sin darse
uno cuenta; con algunos libros te lees 100 páginas y notas el
cansancio, aquí te sientes como si solo hubieras leído la mitad.
Además es tan divertido como ver un capítulo de la serie, lo único
es que cambian los nombres de los personajes, pero aún así no puedo
evitar identificar a los actores de la serie con los personajes del
libro.
Bueno, ahora esperaré a que el
siguiente salga en bolsillo, paso de gastarme 18 euros en unos libros
tan ligeros.
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