Este segundo libro de
la saga de los Cole transcurre a mediados del siglo XIX en el oontinente
americano, a lo largo de 25 años, de 1839 a 1864. Rob J. Cole debe
abandonar Escocia a causa de sus idea políticas y emigra al Nuevo
Mundo. Al igula que sus antepasados es médico y en Boston conoce al
eminente cirujano y poeta Oliver Wendell Holmes, del que se convierte
en asistente en la realización de diversas autopsias. Rob J. Aprende
mucho de él y entre ellos acaba surgiendo una estrecha amistad, pero
cree que Boston no es para él y decide trasladarse al oeste, a la
tierra de los indios. Rob J. Llega a Holden's Crossing, en Illinois,
un pueblo que recién está formándose (de hecho Rob J. es uno de
los primeros en comprarse una parcela) y como es el único médico de
la zona se convierte en un reclamo, y así el pueblo irá
expandiéndose poco a poco. Rob J. Se hará amigo de sus vecinos y
allí conocerá a su futura esposa, Sarah Bledsoe, una madre soltera
que cree estar muriéndose de cáncer, pero gracias a Rob J. descubre
que en realidad tiene cálculos renales en la vejiga, y consigue
salvarle la vida. Rob J. tratará al hijo de Sarah, Alex, como si
fuera su hijo y posteriormente tendrán el suyo propio, al que
llamarán cariñosamente Chamán. Pero la desgracia caerá pronto
sobre ellos cuando Rob J. descubra que tras pasar el sarampión
Chamán se ha quedado sordo. Rob J. deberá afrontar las dificultades
de criar a un niño sordo, más aún cuando éste decide que pese a
su deficiencia quiere ser médico.
En Holden's Crossing
también existe una pequeña comunidad de indios, y Rob J. se hará
amigo de Makwa-Ikwa (Mujer Oso), la chamán de la tribu, y la
convertirá en su asistente a la hora de atender a sus pacientes.
Entonces la tragedia volverá a golpearle cuando Makwa-Ikwa aparezca
asesinada y con claros indicios de haber sido violada. Rob J. se lo
tomará como algo personal y dedicará los siguientes años de su
vida a buscar a los verdaderos responsables de forma obsesiva.
Este libro me ha
parecido mucho mejor que el primero. “El médico”, a ratos, era
algo parado, pero eso aquí no pasa. Me atrajo mucho que estuviera
ambientado en el siglo XIX americano y me gusta el tema de los
indios, lo de la Guerra Civil y que el protagonista sea un médico
rural que va a caballo de casa en casa, visitando a sus pacientes.
Pero sobretodo me ha gustado la historia de superación personal de
Chamán, un chico sordo que a pesar de su situación quiere ser
médico, y pese a las dificultades que debe afrontar logra alcanzar
su sueño y convertirse en el digno sucesor de su padre. Es algo
admirable.
Lo más interesante del
libro es que empieza por el final, con Chamán regresando a casa por
el funeral de su padre, encontrando luego los diarios que escribió a
lo largo de su vida y conociendo así toda su historia, desde que
desembarcó en Boston hasta sus últimos días, y la última parte,
que abarca unas 150 páginas, se desarrolla durante el año siguiente
a la muerte de Rob J. , donde se cierran todas las tramas abiertas,
como el asesinato de Makwa-Ikwa y qué fue de Alex.
El libro es muy ameno y
fácil de leer y aprendes mucho sobre esa época, el conflicto entre
indios y americanos (que es una vergüenza, todo hay que decirlo) y
la Guerra Civil. En mi opinión es el mejor de los tres.
Magnífica novela llena de humanidad, realidad, historia y valor humano, que nos lleva a conocer los primeros habitantes de Illinois.
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