La herencia Valdemar” y su
continuación, “La Sombra Prohibida”, son dos películas
españolas de 2010 que se basan en el universo creado por H. P.
Lovecraft. No adaptan ningún relato ni novela corta, sino que se
basan por encima en sus historias de Dioses Primigenios y sectas que
los adoran y luego invocan, de igual forma que “Hannibal” se basa
en los personajes de “El Dragón Rojo” en vez de en el libro en
sí o “Haven” muy libremente en la novela corta “Colorado Kid”.
“
La mansión Valdemar es una
mansión de estilo victoriano, la única que hay en España, y tiene
como 200 años. La mansión va a salir a subasta, pero aún no ha
sido tasada así que envían a Luisa Llorente para que lo haga sin
perder un instante (enviaron antes a otro tasador pero llevan días
sin tener noticias suyas). En la casa Luisa encuentra el cadáver
destrozado de su compañero desaparecido y cree ver un extraño ser
entre las sombras, que empieza a perseguirla por toda la casa. El
jardinero y un hombre un tanto siniestro la sacan de allí medio
inconsciente y la encierran en casa del segundo bajo llave y sin
darle ninguna explicación.
Mientras, en el exterior, a Luisa
la dan por desaparecida y su jefe, un enigmático individuo llamado
Maximilian Corbin que lleva un bastón cuya empuñadura es la cabeza
de Cthulhu (y hay que decirlo, una peluca muy cantosa), contrata a un
investigador privado para que la encuentre. El investigador viaja en
tren a la localidad donde se encuentra la mansión Valdemar en
compañía de la presidenta de la Fundación Valdemar y durante el
trayecto le cuenta la historia de Lázaro Valdemar y su esposa
Leonor.
Leonor tenía dificultades para
tener hijos y convirtió su hogar en un orfanato. Lázaro se ganaba
la vida como fotógrafo y poco después empezó a realizar
fotografías psíquicas, fotos que revelaban el aura de las personas
y de ahí pasó a hacer sesiones de espiritismo. Todo esto era un
fraude y Lázaro Valdemar hizo una gran fortuna a expensas de los
crédulos, pero todo cambia cuando un periodista descubre el fraude y
le hace chantaje. Lázaro lo echa de su casa y en respuesta el
periodista lo saca todo a la luz, y Lázaro va preso hasta que se
celebre el juicio; al parecer el periodista tiene un testigo que
puede probar su versión de los hechos. Entonces un misterioso
personaje va a verlo a la cárcel y se ofrece a ayudarlo. Se trata de
Aleister Crowley, un personaje real del siglo XIX que estuvo muy
relacionado con el ocultismo y realizaba misas negras y tal. Crowley
consigue hundir al periodista y los cargos contra Lázaro son
retirados y vuelve a ser un hombre libre. Un tiempo después Crowley
acude a él para pedirle algo a cambio. Le cuenta que le interesa el
ocultismo y que sabe de su afición fraudulenta, pero pese a que sus
fotos psíquicas eran falsas, en ellas encontró un verdadero ser de
otro mundo y así se lo enseña. En unos días tendrá lugar un
eclipse de luna y Crowley quiere realizar en su casa un ritual para
invocar a ese ser y para ellos necesita la participación de Lázaro,
pues subconscientemente ha creado un vínculo con el ser a través de
sus sesiones de espiritismo. Lázaro acepta, convencido, pero al
realizar el ritual todo sale mal. El ser es más poderoso de lo que
imaginaban y la invocación acaba en tragedia y muerte.
La primera película se centra
sobretodo en la historia de Lázaro Valdemar y deja en el aire lo que
pasa con Luisa en el presente. La segunda película se ocupa de eso.
En ella los distintos personajes principales confluyen en el pueblo y
descubren que han sido manipulados por una secta ocultista con el fin
de conducirlos allí para ser sacrificados en un ritual que pretende
devolver al ser que Lázaro Valdemar invocó hace 200 años al lugar
del que procede y liberar a su esposa del Purgatorio.
Estas dos películas me han
parecido bastante buenas. Lovecraft me encanta, es uno de los grandes
maestros del género, aunque no alcanzó este grado hasta después de
su muerte y no existen tantas adaptaciones como me gustaría, pero
pese a no ser estas unas adaptaciones per se,
como fan me han gustado mucho. El gran momento tiene lugar al final
de la segunda película, cuando Cthulhu aparece en todo su esplendor.
La versad es que es todo un espectáculo pese a que solo aparece por
poco tiempo. En definitiva, es un buen precalentamiento antes de
volver a sumergirme en los relatos oscuros del genio de Providence.
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