Dylan O´Conner y su hermano Shep, autista de nacimiento, se hospedan un par de noches en un motel antes de dirigirse a un festival de arte, cuando una noche un misterioso desconocido los ataca y les inyecta una extraña sustancia. Poco después descubren que esa sustancia les ha dado poderes (clarividencia, capacidad para teletransportarse en el espacio y en el tiempo...). Junto a una chica llamada Jilly, que también ha sido infectada con esa sustancia, inician una carrera contrarreloj para averiguar todo lo posible sobre el misterioso desconocido y la sustancia que les ha inyectado, mientras escapan de unos hombres que quieren matarlos.
He leído este libro justo después de “Tinieblas” y no podría ser más distinto. El de “Tinieblas” es bastante lento e incluso un poco tostón, este es todo lo contrario. Tiene un ritmo mucho más ágil y una prosa que engancha desde las primeras paǵinas. Me ha recordado un poco al de “Fuego frío”, porque el protagonista también sufre un fuerte impulso de ir a tal sitio a toda velocidad porque algo terrible va a ocurrir allí. Sheperd es un personaje muy tierno y simpático y de su mano tienen lugar los momentos con más humor de la novela.
Personalmente me gustan mucho las novelas sobre personas con poderes y esta me ha parecido una de sus mejores obras.
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