Pues aquí un clásico de la novela negra, “El cartero siempre llama dos veces”, del año 1934 (no me imaginaba que el libro fuera tan antiguo) y que ha sido adaptado en dos ocasiones, la primera en 1946 con Lana Turner y la segunda en 1981 con Jack Nocholson y Jessica Lange, famosa por la escena de sexo en la cocina (que según dicen las malas lenguas bien pudo ser real).
Frank Chambers, un vagabundo, llega hasta un bar de carretera en California regentado por un viejo inmigrante griego llamado Nick Papadakis. Frank no tiene dinero para comer pero el dueño le dice que no se preocupe y le ofrece trabajo, que Frank acepta gustoso. Frank conoce a Cora, la sensual esposa de Nick, y se queda prendado de ella. No tardan en convertirse en amantes y Cora le desvela lo inveliz que es, que no soporta a su marido y que se arrepiente de haberse casado con él, y convence a Frank para matarlo. El primer intento resulta fallido pero el segundo es un éxito, haciéndolo pasar por un accidente. Pero el fiscal del distrito, Sackett, no se traga su versión de la historia y está convencido de que ambos planearon el asesinato de Papadakis, y no cejará en su empeño hasta probarlo.
Encontré este libro en un mercadillo de libros de segunda mano, gratis. No había visto la película (ninguna de las dos) y sentía curiosidad así que, siendo gratis, me lo llevé. Más que una novela es una novela corta, tiene unas 160 páginas, pero ni pierde el tiempo en prolegómenos y va directa al grano, a las 20 páginas Frank ya se está acostando con Cora y a las 25 planeando el asesinato del pobre Papadakis. Es una historia muy intensa, de fácil lectura y que se pasa en un suspiro, y con un giro en las últimas páginas realmente sorprendente. No te lo esperas. Con razón es un clásico de la novela negra.
Solo tiene un defecto, no en la historia sino concretamente en el ejemplar: al abrirlo del todo las páginas se despegaron del lomo, como ⅔ del libro. Así es un fastidio leer.
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