Troy Phelan es uno de los hombres más ricos del mundo, y yace postrado en una silla de ruedas. Sus tres ex-mujeres y sus seis hijos esperan su fallecimiento para poder heredar su fortuna. Su abogado trabaja en la redacción del testamento, pero uno tras otro acaban en la basura. Llegado el día de la lectura, todos quedan satisfechos con lo que les corresponde.
Pero Troy guarda un as en la manga: al abandonar ellos su edificio, destruye el testamento, le da uno nuevo a su abogado, Josh Stafford, escrito de su puño y letra y se tira del último piso. El nuevo testamento establece que a sus hijos solo les dará el dinero suficiente para pagar sus deudas hasta la fecha y que el resto de su fortuna irá a parar a una hija ilegítima. El abogado, que desconocía su existencia hasta este momento, tiene que encontrarla, pero no va a ser tarea fácil. Lo único que sabe es que es misionera y que se encuentra en algún lugar entre Brasil y Bolivia, y la ONG para la que trabaja se niega a facilitarle su paradero. Josh no puede prescindir de ninguno de sus abogados así que envía a Nate O’Riley, uno de los mejores litigantes de su bufete que lleva los últimos cuatro meses en una clínica de rehabilitación a causa de su alcoholismo (su cuarto ingreso en diez años), en su busca.
Me he leído todos los libros de Grisham hasta el de “La herencia”, incluído este hace muchos años. Entonces me lo prestó mi hermano, que también es fan, y hace un año o dos conseguí el presente ejemplar, no recuerdo si en una librería de libros de segunda mano por dos euros o gratis en un mercadillo de libros de segunda mano, así que me dio por volver a leerlo.
Grisham me encanta porque te explica las cosas legales de forma fácil y sencilla y aprendes mucho sobre el tema, y este libro en concreto me ha gustado mucho porque es el primer libro en el que se aleja un poco de su género habitual. La trama jurídica tiene mucho peso, todo lo referente al testamento, su impugnación, el fideicomiso, etc, pero buena parte de la historia se centra en la búsqueda de la hija ilegítima por la selva brasileña y todo lo que eso implica: el difícil viaje en barco por el río Paraguay, las fuertes tormentas, los caimanes y mosquitos e incluso enfermedades tan letales como la malaria y el dengue.
O sea, que tiene bastante de novela de aventuras y a Grisham no se le da nada mal.
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