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viernes, 21 de mayo de 2021

La piedra de cristal, de R. A. Salvatore

 


Igual que el fumador que se despierta con unas ganas locas de fumar un cigarrillo, un día me desperté con unas ganas locas de leer un tocho de 1000 páginas (de esto pueden haber pasado 20 años tranquilamente). Así que busqué en la biblioteca y acabé llevándome a casa un ejemplar en tapa dura de la trilogía de los orígenes del Elfo Oscuro (La morada, El exilio y El refugio). El libro tenía 900 en vez de 1000 páginas y en vez de un libro eran tres en uno, pero a mí me valía.

Esta trilogía nos cuenta la historia de Drizzt Do Urden desde su nacimiento hasta que decide abandonar a los suyos y se traslada al mundo de la superficie, llegando al Valle del Viento Helado 5 años antes de “La piedra de cristal”. Yo no conocía a Salvatore ni sabía nada de Drizzt Do Urden (personaje que ha ya protagonizado una veintena larga de libros), pero tras leer unas pocas páginas ya estaba enganchadísimo y el libro se me pasó volando. Sobra decir que me encantó.

Hace bastantes años me compré la trilogía del Valle del Viento Helado, pero aún la tenía pendiente de leer, así que aproveché lo del reto literario como excusa para animarme a hacerlo, y aquí está por fin la primera entrega, “La piedra de cristal”.

Aunque Salvatore escribió los orígenes de Drizzt después de esta trilogía, os recomiendo que los leáis antes, pues así conoceréis mucho mejor a Drizzt y empatizaréis más con él. Bueno, ¿y quién es Drizzt Do Urden? Drizzt es un elfo oscuro, una de las razas más temidas de los Reinos Olvidados. Son crueles y despiadados y no tienen principios. Solo les mueve el poder y la ambición y hacen lo que sea necesario para lograr sus objetivos. Pero Drizzt es distinto. Para él, el honor y la lealtad son lo más importante, y su código moral chocó con la forma de ser de los de su raza, por eso los abandonó y se marchó a la superficie.

Drizzt llegó a Diez Ciudades, en el Valle del Viento Helado, y allí ha comprobado que las cosas no son más fáciles que en las Antípodas Oscuras, pues la gente desconfía de él por la reputación de su raza y se fija antes en el color de su piel que en su personalidad, y esa es una carga que Drizzt está condenado a llevar consigo. Por suerte, Drizzt se ganó la confianza y posteriormente la amistad de Bruenor, que gobierna a los enanos de Diez Ciudades.


En “La piedra de cristal” Drizzt transmite a Bruenor unas terribles noticias: los distintos clanes bárbaros han forjado una alianza y han unido sus ejércitos para conquistar Diez Ciudades y en esos momentos se dirigen hacia allí. El plan de Drizzt y de Bruenor es convencer al Concilio de Diez Ciudades, formado por un representante de cada ciudad, para unir sus fuerzas frente al ejército invasor, pero saben que si Drizzt va a hablar con ellos no le harán caso, así que recurren a su amigo Regis, un halfling pícaro y con cierta fama de ladrón que forma parte del Concilio. Regis posee una gema bastante peculiar, capaz de influir en las personas de mente débil, y si alguien puede convencer a los miembros del Concilio de hacer causa común, es él.

Paralelamente a esto tenemos a Akar Kessell, un aprendiz de mago con muy poco talento, que es manipulado por los magos del Consejo para que asesine a su maestro y líder del Consejo, Morkai el Rojo, tras lo cual le dan la patada y lo abandonan a su suerte. Akar encuentra enterrada bajo la nieve la piedra de cristal, un artefacto de gran poder perdido desde hace milenios y con conciencia propia. La piedra le promete a Akar cumplir sus sueños, convertirse en el mago más poderoso y temido de todos los tiempos, y poner de rodillas a los magos que lo traicionaron. A cambio, Akar debe formar un inmenso ejército, con bárbaros, trolls, orcos, etc, para conquistar todo el mundo conocido. La primera parada, Diez Ciudades.

Leí la trilogía de los orígenes de Drizzt Do Urden a los 18 o 20 años y me encantó, me enganchó desde las primeras páginas y prácticamente la devoré. Pero al leer ahora “La piedra de cristal” no me ha entusiasmado tanto. Uno ya es un lector curtido y ya exige cierto nivel, no vale cualquier cosa. El libro me ha parecido bastante simple, la verdad. A ver, no es malo, hay aventuras, batallas y los personajes son muy interesantes, pero no es de esos libros que una vez terminados aún sigues dándole vueltas en la cabeza. Al acabarlo te olvidas de él. No pasa de entretenido, y es una lástima. Pero esto no significa que no me vaya a leer más libros del Elfo Oscuro en un futuro cercano.

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