Raquel Colina es agente del Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil y tiene un hijo pequeño al que han diagnosticado un glioblastoma en el cerebro, y le dan solo seis meses de vida. Desesperada por salvarle la vida a su hijo recurre a todos los tratamientos médicos posibles, tanto convencionales como experimentales, pero ninguno resulta efectivo. Entonces oye hablar de una vieja curandera de un pequeño pueblo de Pontevedra, que ha curado a algunas personas en la misma situación que su hijo. Tras entrevistarse con una de estas personas, que tenía cáncer y ahora está sana y asegurarse de que la anciana no es ningún fraude, se reúne con esta y le habla de su hijo. La anciana le asegura que puede curarle, pero harán falta varias sesiones durante varios meses. Raquel no puede permitirse viajar todas las semanas de Madrid a Pontevedra en avión, así que pide el traslado a un pequeño pueblo de Pontevedra cercano al de la anciana, llamado Fosco, donde nunca pasa nada.
Pero cuando va a ver a la anciana para la primera sesión de su hijo, esta ha desaparecido sin dejar rastro, de hecho no hay un alma en todo el pueblo, como si se tratara de un pueblo fantasma. Ella es la única oportunidad que tiene su hijo de vivir, así que lejos de derrumbarse Raquel tratará de encontrar a la anciana por todos los medios, mientras el tiempo va echándosele encima.
En Fosco lo más grave de lo que debe ocuparse la Guardia Civil es mediar en algún conflicto vecinal, pero en su primer día Raquel y su nuevo compañero deben investigar un macabro asesinato. En los montes de Seixo hay una estructura hecha con dólmenes que data de la Edad de Hierro, con forma de puerta y conocida como la Puerta del Más Allá. Según las leyendas del lugar, la Puerta comunica con el mundo de los muertos y a los pies de esta hallan en cadáver de una mujer vestida de novia, con un agujero en el pecho y el corazón sujeto con sus propias manos. Pero lo peor de todo es que Raquel ha reconocido a la mujer como la paciente de la anciana curandera curada de cáncer. Esto la lleva a pensar que existe una relación entre esta muerte y la desaparición de la anciana. Al investigar, Raquel descubre que hace 12 años ocurrió algo similar, otra mujer muerta en las mismas circunstancias a los pies de la Puerta. Aquel caso se cerró apresuradamente, como si alguien hubiera presionado al investigador del caso para que lo dejara estar.
Raquel y su compañero empiezan a sentir que a ellos también les está pasando, las pruebas de ADN no acaban de llegar o se pierden por el camino, y no saben en quién pueden confiar. Además a Raquel empiezan a acosarlas unas siniestras figuras encapuchadas, pero llega a dudar de que existan realmente. ¿Estará volviéndose loca? ¿Qué es lo que ocurre en aquel pueblo?
En su primera novela Manel Loureiro nos presentaba un apocalipsis zombie entre Vigo y Pontevedra. Yo soy del otro lado de la Ría de Vigo así que ver lugares que conocía y en los que había estado invadidos por los zombies me ganó por completo. Desde entonces soy fan suyo y en esta su última novela (de momento) vuelve a ambientarlo en su tierra, entre los montes de Pontevedra. Yo conozco Seixo pero nunca he estado allí, y al parecer la susodicha Puerta existe realmente, así como su leyenda.
La novela es una mezcla del género policiaco y de terror, aderezada con las leyendas del folclore gallego, rituales y sacrificios humanos. El libro me ha gustado mucho, la tensión y el misterio se mantienen a lo largo de sus 300 páginas y en el tramo final se adentra más en el puro terror sobrenatural, y ahí se producen algunas revelaciones muy sorprendentes. Y el final es soberbio. Sin duda es uno de los mejores libros del autor.
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