Alice Gould es una investigadora privada que se infiltra en un psiquiátrico, haciéndose pasar por una enferma mental, para investigar un asesinato. La única persona que conoce su verdadera identidad y el motivo de que esté allí es el director del psiquiátrico, con el que se escribió varias cartas, el doctor Samuel Alvar, pero se encuentra de vacaciones, así que durante varias semanas Alice debe fingir ser una paciente más, relacionarse con los otros pacientes, auténticos enfermos mentales cuyos casos son mucho más graves que su falso caso y asistir a diversas terapias, al mismo tiempo que trata de avanzar en su investigación.
Pero cuando el doctor Alvar regresa al trabajo y se entrevista con ella, niega saber quién es ni haberle escrito ninguna carta. ¿Ha dicho Alice la verdad y es víctima de una conspiración o todo es una paranoia de su mente enferma?
Quise pillar este libro en la biblioteca en diciembre del año pasado, por el boom de la película, pero alguien se me había adelantado así que no he podido leerlo hasta ahora.
La película me encantó y me dejó muy loco, llegué a dudar de si Alice nos estaba contando la verdad o no y el final es tan ambiguo que te explota la cabeza. En comparación con la novela hay pequeñas diferencias. Aquí la historia es lineal, no hay flashbacks ni juegos con el montaje de la historia y al final nos deja claro qué pasa con Alice.
La prosa es sencilla y fácil de leer, aunque se nota que es de los ochenta, porque a veces se adorna un poco y utiliza expresiones de la época. La historia es muy original, juega mucho con el lector y hasta el final no sabes qué es lo que ocurre realmente con Alice.
9/10
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