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lunes, 4 de junio de 2012

La Invención de Hugo Cabret, de Brian Selznick

Qué tonto soy. Estuvieron hablando durante meses de la película de Martin Scorsese, “La invención de Hugo”, y no fue hasta que tuvimos la gala de los Oscar encima que no me di cuenta de que era la adaptación de “La invención de Hugo Cabret”, de Brian Selznick, una novela gráfica del 2007 que tuvo un gran éxito e incluso ganó algún que otro premio importante de su género. La novela la tienen en mi biblioteca casi desde que salió, y yo pensaba en leerla pero siempre le daba largas, pero esta vez me decidí. Y fue una decisión acertada porque me ha parecido una novela maravillosa tanto por la historia en sí como por la forma de contarla.

La invención de Hugo Cabret” es una novela gráfica un tanto atípica y bastante original. Una novela gráfica viene a ser como un cómic largo, de 200 páginas, 300 o las que sean. “La invención de Hugo Cabret” tiene 530 páginas y la mitad es un libro normal y corriente. La otra mitad está formada por dibujos hechos al carboncillo que nos cuentan buena parte de la historia y tienen la peculiaridad de que, al ir pasando las páginas, es como estar viendo una película fotograma a fotograma, y por eso me parece tan original.

Ahora pasemos a hablar de la historia. Hugo es un niño que vive en la estación de tren de París, oculto a los ojos de la gente y que va sobreviviendo robando comida aquí y allá. Cuando puede y nadie le ve, entra en una juguetería a robar piezas y engranajes, que utiliza para reparar un autómata en el que su padre estaba trabajando cuando murió. En teoría, cuando funcione, el autómata escribirá un mensaje, y Hugo cree que su padre le dejó un mensaje antes de morir, y por eso quiere repararlo. Entrando un día a robar a la juguetería es pillado in fraganti por el juguetero, que le quita el cuaderno de su padre, lleno de bocetos del autómata, y lo echa de allí. Al día siguiente le entrega las cenizas del cuaderno y Hugo se queda desolado. Pero la ahijada del juguetero, una niña bastante curiosa llamada Isabelle, le dice que las cenizas no son de su cuaderno, que en realidad aún lo tiene en su poder, y se ofrece a ayudarle a recuperarlo, aunque a Hugo no le hace mucha gracia que otra persona curiosee en el cuaderno de su padre. Con su ayuda acaba descubriendo el secreto que esconde el autómata, que no es el que él se esperaba, y el propio secreto que el juguetero ha mantenido oculto durante años. Y hasta aquí puedo leer.

La novela es un homenaje al cine, a esas primeras películas de finales del siglo XIX y principios del XX que transportaban a la gente a un nuevo mundo basado en sus sueños y fantasías y que llenaban sus corazones de magia y estupefacción. Leyéndola me he sentido igual y espero que si te animas a leerla acabes compartiendo mi opinión.
Bueno, pues ahora a esperar que surja la oportunidad de ver la película y comprobar si está a la altura de las expectativas generadas por la novela gráfica.

1 comentario:

  1. Hola!!vi la portada veces y veces en la librería, y no me animaba porque no sabía muy bien de qué iba aquello.Ahora tengo pensado leer el libro.Un saludo!!

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