Alan Moore es como el Steven Spielberg
de los cómics. Está considerado como uno de los mejores escritores
de cómics y novelas gráficas de las últimas décadas y muchas de
sus obras han sido alabadas por público y crítica hasta el punto de
ser consideradas obras maestras de su género. Algunas de éstas han
sido adaptadas a la gran pantalla con mayor o menor éxito, como
“From Hell” (Desde el Infierno), “V de Vendetta”, “Watchmen”
y la misma “Liga de los Hombres Extraordinarios”.
Esta novela gráfica es una de sus
mejores obras, no así su película, que es terriblemente mala. A mí
siempre me han encantado las películas de superhéroes, pero ésta
me pareció muy floja. La historia era ridícula (el villano creaba
la Liga para hacer un ejército a partir de muestras de ADN de sus
miembros) y algunos momentos eran demasiado increíbles (como el
hundimiento de Venecia), aparte de que los efectos especiales del
final cantaban de lo malos que eran.
Cuando se empezó a hablar de la
película ya sabía de la novela gráfica y de una serie de dibujos
animados, pero desconocía totalmente la historia, y ha sido ahora
que me he leído este primer volumen que entiendo la razón de que
los fans la pusieran de vuelta y media. La historia no se parece en
nada e incluso se sacan de la manga nuevos miembros para la Liga,
como Tom Sawyer y Dorian Gray, y algo que realmente me cabreó fue el
cambio que hicieron con este último. En el libro Dorian Gray se hace
viejo de golpe cuando apuñalan su cuadro, y en la película esto
ocurre cuando simplemente ve su propio retrato. Yo soy de esos que
prefieren las adaptaciones al detalle, y que se atrevieran a cambiar
un hecho clave del gran clásico de Oscar Wilde me pareció una
auténtica aberración. Pero bueno, vamos a lo que vamos.
Alan Moore |
La Liga de los Hombres Extraordinarios
es como la versión de los Vengadores de la era Victoriana, pero en
vez de estar formada por superhéroes, sus miembros son personajes
clásicos de la literatura de terror y aventuras del siglo XIX. Así
tenemos a Mina Murray, la de “Drácula”, que es el cerebro de la
Liga y la encargada de reunir a sus miembros, y a diferencia de la
película no es ninguna vampiresa, sino una mujer normal y corriente
que arrastra un pasado misterioso y lo único que se sabe de ella es
que el año anterior (1897) su marido se divorció de ella tras un
incidente en el que estuvo involucrado un extranjero. Luego está
Allan Quatermain, el de las minas del Rey Salomón. Este predecesor
de Indiana Jones tampoco se parece mucho a la imagen que se tiene de
él. Aquí es un viejo adicto al opio al que Mina obliga a
espabilarse por la fuerza. Luego está el capitán Nemo con su
Nautilus, el doctor Jekyll con su inseparable Mr. Hyde, y por último
el Hombre Invisible.
La misión: recuperar un material único
en su clase, la cavorita, que está en poder de un poderoso y temible
señor del opio chino (que no es otro que Fu Manchú) que es dueño y
señor de todo el este de Londres. La cavorita es un material con
propiedades antigravitatorias que puede convertir al que lo posea en
dueño y señor de los cielos, y dada la reputación de su actual
propietario, la alarma está más que justificada. Así que la Liga
emprende la arriesgada misión y consigue recuperar la cavorita, pero
Nemo no se fía del hombre que los reclutó (Campion Bond, un
antepasado de 007) y hace que el Hombre Invisible lo siga, y así
descubre que el director del MI5 no es otro que el profesor Moriarty,
que es enemigo mortal del chino, y que pretende usar la cavorita en
su propia nave aérea y bombardear todo el este de Londres para así
matar de una vez por todas a Fu Manchú, sin importar cuántas miles
de vidas se pierdan en el ataque. Y de nuevo la Liga tiene que
intervenir para impedirlo.
Alan Moore se convirtió en uno de mis
autores favoritos de novelas gráficas tras leer “Watchmen” y
desde entonces me he leído sus novelas gráficas más importantes.
Ésta por fuerza tenía que caer y me gusta porque me he leído las
novelas que protagonizan por separado los miembros de la Liga (menos
Quatermain) y me encanta verlos todos reunidos en una misma historia
y en un mismo universo.
Bueno, mi intención era hablar de los
dos volúmenes, pero esta entrada ya me ha quedado bastante larga,
así que dejaré el segundo para la siguiente. Pero antes de acabar
un par de cosas más sobre este primer volumen. Aparte de los seis
números que forman esta primera miniserie, el presente volumen que
me he leído también incluye un relato escrito por Moore y
protagonizado por Allan Quatermain, unos 9 años antes de unirse a la
Liga, “Allan y el velo rasgado”, donde Allan toma una extraña
droga africana que envía su conciencia más allá del tiempo y el
espacio y en ese lugar se encuentra con H.G. Wells y su máquina del
tiempo y Jonh Carter de la Tierra (John Carter es una soldado de la
Guerra Civil Americana que es transportado a Marte y allí vive un
montón de aventuras; os sonará por ser el útimo gran fracaso de
Disney) y se enfrentan a los Morlocks y Allan tiene una visión de lo
que está por venir (Mina Murray reclutándole para la Liga, y luego
parte de lo que ocurre en el segundo volumen). La aparición de Wells
me gustó, pero por lo demás no me gustó demasiado, tiene una
narración muy sobrecargada y a veces se hacía pesado.
Y por último algo mucho más
interesante, el guión de Alan Moore de la novela gráfica, donde le
da al dibujante, Kevin O'Neill, instrucciones sobre lo que quiere que
aparezca en cada viñeta. Esto es bastante curioso, ya que yo pensaba
que en los cómics y novelas gráficas escribían y dibujaban sin
pararse demasiado a planear las cosas, y aquí descubres que es todo
lo contrario, que los autores de cómics son como los directores de
cine, que tienen una imagen clara de lo que quieren que aparezca en
cada viñeta, el ángulo desde el que se mira, etc. Creo que a partir
de ahora los veré de otra forma.
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