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martes, 26 de marzo de 2013

La Liga de los Hombres Extraordinarios. Volúmen 1, de Alan Moore


Alan Moore es como el Steven Spielberg de los cómics. Está considerado como uno de los mejores escritores de cómics y novelas gráficas de las últimas décadas y muchas de sus obras han sido alabadas por público y crítica hasta el punto de ser consideradas obras maestras de su género. Algunas de éstas han sido adaptadas a la gran pantalla con mayor o menor éxito, como “From Hell” (Desde el Infierno), “V de Vendetta”, “Watchmen” y la misma “Liga de los Hombres Extraordinarios”.

Esta novela gráfica es una de sus mejores obras, no así su película, que es terriblemente mala. A mí siempre me han encantado las películas de superhéroes, pero ésta me pareció muy floja. La historia era ridícula (el villano creaba la Liga para hacer un ejército a partir de muestras de ADN de sus miembros) y algunos momentos eran demasiado increíbles (como el hundimiento de Venecia), aparte de que los efectos especiales del final cantaban de lo malos que eran.

Cuando se empezó a hablar de la película ya sabía de la novela gráfica y de una serie de dibujos animados, pero desconocía totalmente la historia, y ha sido ahora que me he leído este primer volumen que entiendo la razón de que los fans la pusieran de vuelta y media. La historia no se parece en nada e incluso se sacan de la manga nuevos miembros para la Liga, como Tom Sawyer y Dorian Gray, y algo que realmente me cabreó fue el cambio que hicieron con este último. En el libro Dorian Gray se hace viejo de golpe cuando apuñalan su cuadro, y en la película esto ocurre cuando simplemente ve su propio retrato. Yo soy de esos que prefieren las adaptaciones al detalle, y que se atrevieran a cambiar un hecho clave del gran clásico de Oscar Wilde me pareció una auténtica aberración. Pero bueno, vamos a lo que vamos.

Alan Moore
La Liga de los Hombres Extraordinarios es como la versión de los Vengadores de la era Victoriana, pero en vez de estar formada por superhéroes, sus miembros son personajes clásicos de la literatura de terror y aventuras del siglo XIX. Así tenemos a Mina Murray, la de “Drácula”, que es el cerebro de la Liga y la encargada de reunir a sus miembros, y a diferencia de la película no es ninguna vampiresa, sino una mujer normal y corriente que arrastra un pasado misterioso y lo único que se sabe de ella es que el año anterior (1897) su marido se divorció de ella tras un incidente en el que estuvo involucrado un extranjero. Luego está Allan Quatermain, el de las minas del Rey Salomón. Este predecesor de Indiana Jones tampoco se parece mucho a la imagen que se tiene de él. Aquí es un viejo adicto al opio al que Mina obliga a espabilarse por la fuerza. Luego está el capitán Nemo con su Nautilus, el doctor Jekyll con su inseparable Mr. Hyde, y por último el Hombre Invisible.

La misión: recuperar un material único en su clase, la cavorita, que está en poder de un poderoso y temible señor del opio chino (que no es otro que Fu Manchú) que es dueño y señor de todo el este de Londres. La cavorita es un material con propiedades antigravitatorias que puede convertir al que lo posea en dueño y señor de los cielos, y dada la reputación de su actual propietario, la alarma está más que justificada. Así que la Liga emprende la arriesgada misión y consigue recuperar la cavorita, pero Nemo no se fía del hombre que los reclutó (Campion Bond, un antepasado de 007) y hace que el Hombre Invisible lo siga, y así descubre que el director del MI5 no es otro que el profesor Moriarty, que es enemigo mortal del chino, y que pretende usar la cavorita en su propia nave aérea y bombardear todo el este de Londres para así matar de una vez por todas a Fu Manchú, sin importar cuántas miles de vidas se pierdan en el ataque. Y de nuevo la Liga tiene que intervenir para impedirlo.

Alan Moore se convirtió en uno de mis autores favoritos de novelas gráficas tras leer “Watchmen” y desde entonces me he leído sus novelas gráficas más importantes. Ésta por fuerza tenía que caer y me gusta porque me he leído las novelas que protagonizan por separado los miembros de la Liga (menos Quatermain) y me encanta verlos todos reunidos en una misma historia y en un mismo universo.

Bueno, mi intención era hablar de los dos volúmenes, pero esta entrada ya me ha quedado bastante larga, así que dejaré el segundo para la siguiente. Pero antes de acabar un par de cosas más sobre este primer volumen. Aparte de los seis números que forman esta primera miniserie, el presente volumen que me he leído también incluye un relato escrito por Moore y protagonizado por Allan Quatermain, unos 9 años antes de unirse a la Liga, “Allan y el velo rasgado”, donde Allan toma una extraña droga africana que envía su conciencia más allá del tiempo y el espacio y en ese lugar se encuentra con H.G. Wells y su máquina del tiempo y Jonh Carter de la Tierra (John Carter es una soldado de la Guerra Civil Americana que es transportado a Marte y allí vive un montón de aventuras; os sonará por ser el útimo gran fracaso de Disney) y se enfrentan a los Morlocks y Allan tiene una visión de lo que está por venir (Mina Murray reclutándole para la Liga, y luego parte de lo que ocurre en el segundo volumen). La aparición de Wells me gustó, pero por lo demás no me gustó demasiado, tiene una narración muy sobrecargada y a veces se hacía pesado.

Y por último algo mucho más interesante, el guión de Alan Moore de la novela gráfica, donde le da al dibujante, Kevin O'Neill, instrucciones sobre lo que quiere que aparezca en cada viñeta. Esto es bastante curioso, ya que yo pensaba que en los cómics y novelas gráficas escribían y dibujaban sin pararse demasiado a planear las cosas, y aquí descubres que es todo lo contrario, que los autores de cómics son como los directores de cine, que tienen una imagen clara de lo que quieren que aparezca en cada viñeta, el ángulo desde el que se mira, etc. Creo que a partir de ahora los veré de otra forma.

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