Cuando fue el Día del Libro, en
mi pueblo regalaron libros gratis. Yo me fuí cargadito, pero
al irme vi éste, y como la historia parecía
interesante, me lo llevé (siendo gratis, cuanto más
mejor). Y menuda suerte, porque el libro es brutal.
Nick Corey es el sheriff de Potts
County, pero no es como el típico sheriff. Es un corrupto y un
vago de cojones, pero cuando descubre que podría no salir
reelegido, hará lo que sea necesario para seguir ocupando el
cargo. Extorsión, amenazas, difundir falsos rumores sobre su
oponente e incluso llega al asesinato. Y Nick no solo utiliza estas
técnicas para conservar su empleo, sino también para
solucionar algunos asuntos personales.
El libro es breve, 200 páginas,
pero muy intenso. Nick Corey es un personaje único como pocos.
Parece salido de los Soprano. Menudo elemento. Se comporta como el
típico paleto (y se expresa como tal) pero en realidad es un
tío muy inteligente y muy calculador, y no muestra ningún
tipo de remordimiento ante las cosas que hace. Y lo que choca es
precisamente eso, que de repente le vuela a un tipo las tripas como
si fuera lo más normal del mundo, y ni se inmuta. Pero lo más
sorprendente es que el tío se sale con la suya y se queda tan
pancho. Ole sus huevos.
El libro está escrito en un tono
desenfadado y usa un lenguaje cercano, vamos, que hay un montón
de tacos, y esto lo vuelve muy adictivo. El libro me ha encantado y
si encuentro algún otro libro suyo no dudaré en leerlo.
No me extraña que Jim Thompson esté considerado como
uno de los mejores escritores de novela negra de todos los tiempos
(de hecho ocupa el tercer puesto). Qué grande es.
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