Bueno, vi esta última temporada
hará por lo menos un par de meses, pero no he podido ponerme
con la reseña hasta ahora, pues la que hice de “Un mundo sin fin”, de Ken Follett se me hizo muy cansina de escribir, y me ocupó
dos semanas terminarla y debido a ello se me juntaron más de
una docena de entradas y no me llega el tiempo para zanjarlas. Así
que ahora he decidido ponerme con esta para darle carpetazo a esta
serie y pasar a otra cosa.
Bien, recapitulemos. En el último
capítulo de la 4ª temporada, Sheppard acababa miles de
años en el futuro y descubría lo que ocurrió en
su ausencia. Encontraron a Teyla demasiado tarde, muerta (recordemos
que Michael la secuestró, estando embarazada) y Michael
utilizó el ADN de su hijo para hacer que sus Wraiths ya no
necesitaran alimentarse de los humanos, y exterminó a todos
los Wraiths y humanos de la Galaxia Pegasus, haciéndose con el
poder. Así que Sheppard consigue regresar a Atlantis, días
después de desaparecer, les cuenta lo que sabe que va a pasar
y el equipo se traslada al planeta adonde Michael llevará a
Teyla. Llegan antes que él, pero activan una alarma y la
instalación se viene abajo, sepultándolos. Y aquí
es donde empieza la temporada.
El equipo está vivo, pero no
puede ponerse en contacto con Atlantis. La nave de Michael detecta
que algo ha pasado en las instalaciones, así que se dirige a
toda velocidad hacia el planeta. Por suerte la coronel Carter envía
un equipo de rescate antes de que llegue Michael y luego se cuelan en
su nave y rescatan a Teyla, justo cuando se pone de parto. Al final
del capítulo parece que Michael muere una vez más, pero
ya se sabe que de estas cosas no puede uno fiarse.
Samantha Carter es relevada del mando y
es sustituida por Richard Woolsie, el representante americano de la
I. O. A. (la I. O. A. es como la ONU pero toma las decisiones finales
que afectan al Proyecto Stargate y está formada por miembros
de distintos países). Woolsie ya salió varias veces en
la serie y también en la de Stargate SG-1, así que no
es que sea un personaje del todo nuevo. Una de las cosas que no me
gustaron al principio de esta temporada es que Woolsie sustituyera a
Carter, porque Carter me encanta y Woolsie es un estirado que siempre
acata las normas a rajatabla, aunque según avanzan los
capítulos empiezas a acostumbrarte a él y a cogerle
simpatía.
En los primeros capítulos
encuentran una cura a la enfermedad del clon de Beckett, así
que lo sacan de la estasis y se la inoculan y se va a la Tierra,
reclamado por la I. O. A. Aunque reaparece en algunos capítulos
a lo largo de la temporada, colaborando con nuestro equipo
protagonista. En el 5x08 el equipo Atlantis vuelve a colaborar con
Todd, aquel Wraith con el que unieron fuerzas con anterioridad, y
mediante unos subterfugios y manipulaciones un tanto arriesgadas lo
ponen al frente de los Wraith y de esta manera se calma un poco lo de
la guerra entre Wraith y humanos y se llega a una tregua.
En el 5x10 Daniel Jackson va de visita
a Atlantis, donde han encontrado el laboratorio de un Antiguo sobre
el que Daniel estaba investigando. Con ayuda de Mckay examina todo lo
que hay en el laboratorio pero por accidente activan un extraño
aparato que emite una señal que atrae a un nuevo y poderoso
enemigo, que se llevan a Daniel y a Mckay a su planeta y los obliga a
activar una poderosa arma contra los Wraith, que puede acabar con
ellos pero que tiene unos efectos secundarios tremendos. Este
aparato, una vez activado, destruye las naves Wraith que entran en el
hiperespacio, pero si algún Stargate se activa acaba
explotando. Todd, que en ese momento estaba realizando una misión
con una parte del equipo Atlantis, una de sus naves-colmena Wraith
explotar al entrar en el hiperespacio y cree que los humanos lo han
traicionado, que han encontrado el aparato y lo han activado, y se lo
toma fatal. Se amotina y se adueña de la nave y le declara la
guerra a Atlantis. Por su parte, Daniel y Mckay tienen que vérselas
con sus captores y tratar de desconectar el aparato antes de que
ocasione más daños. Esto dura dos capítulos.
En el 5x14 regresa Michael. Sí,
amigos, no murió como pensábamos. Michael se infiltra
en Atlantis y se hace con el control de la ciudad y lo que pretende
es llevarse al hijo de Teyla. No lo consiguen, como es de esperar, y
al final del capítulo acaba muriendo, de una vez por todas, lo
cual es una pena porque era un villano genial, pero esta temporada
era la última y había que ir cerrando algunas cosas.
El capítulo 5x19 es el que más
me ha gustado de esta temporada pues transcurre en una realidad
alternativa. El capítulo es en plan CSI. John Sheppard es un
detective en las Vegas y tiene que investigar un asesinato, y resulta
que el asesino es el Wraith Todd, que está atrapado en la
Tierra. Al final del capítulo Todd consigue enviar una señal
al espacio, y esta señal llega hasta los Wraith en nuestra
realidad y así es cómo descubren por fin la ubicación
de la Tierra.
Así que en el último
capítulo varias naves-colmena Wraith se dirigen a la Tierra y
para detenerlas a nuestros protagonistas no les queda otra que irse
con Atlantis a la Tierra para proteger el planeta. La batalla final
es espectacular, pero este último capítulo te deja un
regusto a decepción, pues la serie fue cancelada sin darle in
final al tema de los Wraith, y te quedas con las ganas. Al menos en
Stargate SG-1 hicieron dos películas para cerrar las dos
tramas principales. Con ésta también iban a hacer una,
titulada Stargate Extinction, pero al final quedó en nada. Una
lástima.
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