Bueno, pues esta
es la tercera y de momento última serie del universo Stargate, que
curiosamente se titula así, pero a diferencia de la anterior,
Stargate Atlantis, que era un spin-off de Stargate SG-1, ésta
digamos que se mantiene por sí misma, no parte de ningún capítulo
de ninguna de las series anteriores ni nada, aunque de vez en cuando
aparecen algunos de los personajes principales de SG-1, como el
general O'Neill (madre mía, qué viejo y gordo está), Daniel
Jackson y en menor medida la coronel Samantha Carter.
Si has visto
alguna de las series o al menos la película original, sabrás que
para activar el Stargate hacen falta 7 símbolos o chaurones (6 para
el destino y 1 para el punto de origen). El 8º chauron es para
llamar a un Stargate de otra galaxia (Stargate Atlantis). Pues esta
serie gira en torno al 9º chauron, el cual nadie sabe para qué
sirve.
El doctor Nicholas
Rush lleva 2 años al frente del proyecto pero aún no ha sido capaz
de resolverlo. Rush es muy prepotente y se considera el hombre más
inteligente del mundo en lo referente al Stargate, y todo aquel que
no está a su altura es un idiota rematado. Vamos, que es un poco
House. Pero pese a su gran inteligencia no es capaz de resolver lo
del 9º chauron, así que a alguien de su equipo se le ocurre meter
el código en un videojuego para ver si alguien lo resuelve, y el que
finalmente lo consigue es un chico llamado Ely Wallace. Ely es un
nerd, algo entrado en carnes y adicto a los videojuegos, que se pasa
todo el día en su habitación. Resolvió el problema del 9º chauron
creyendo que era una fase más del videojuego, pero entonces el
doctor Rush y el general O'Neill se presentan en su casa y empiezan a
contarle lo del Stargate, pero Ely cree que se están quedando con
él, hasta que lo teletransportan a bordo de una nave espacial y
descubre que todo es verdad. Le cuentan lo del 9º chauron y le hacen
firmar vario documentos de confidencialidad, y se va con el doctor
Rush al planeta donde están trabajando con el 9º chauron.
Como Dios en su trono |
Pese a que Ely lo
resolvió, el 9º chauron sigue sin activarse, así que trabajan en
él durante las siguientes semanas, dándole otro enfoque, y justo
cuando lo tienen son atacados por la Alianza Lucian. La Alianza
Lucian es una agrupación de criminales de distintos planetas que ya
salió en las últimas temporadas de Stargate SG-1. Atacan con todas
sus naves la Base Ícaro y la única forma que tienen de salir de
esta es activar el Stargate y regresar a la Tierra. Pero para Rush
ésta es la única oportunidad de descubrir adónde conduce el 9º
chauron, así que en vez de introducir la dirección de la Tierra
introduce la del 91 chauron, condenándolos a todos. El Stargate
lleva a los supervivientes a bordo de una nave de los Antiguos, la
Destino, de unos 100.000 años de antigüedad, que estos utilizaban
para colocar Stargates por el Universo y que se encuentra en la otra
punta ( por cierto, todo esto nos lo cuentan en el piloto, pero para
variar empiezan por el final, con el grupo saliendo por el Stargate
de la nave y contándonos el meollo de la historia mediante
flashbacks). Rush no puede llamar a la Tierra porque necesita una
ingente cantidad de energía y la nave no dispone de ella, aunque
pueden comunicarse mediante unas piedras Antiguas que intercambia la
conciencia del que la utiliza en la nave con el que la utiliza en la
Tierra, como una especie de walkie-talkie.
Tampoco puede
hacerse con el control de la nave pues está en piloto automático y
no sabe cómo desactivarlo. La Destino sigue el trayecto marcado por
una nave anterior, que fue la que colocó los Stargates, y ésta se
detiene en esos planetas durante un tiempo determinado, el suficiente
para que los protagonistas puedan recoger los víveres que necesiten
o analizar el ambiente del planeta. Porque es lo único que pueden
hacer hasta que Rush no descifre la contraseña que le permita
acceder a los mandos. Rush se pone a trabajar en la Destino con ayuda
de Ely y otros especialistas, pero pese a ello en la nave se respira
bastante tensión y mal rollo, ya que por culpa de Rush están todos
allí atrapados, y el carácter de Rush no contribuye a calmar los
ánimos.
El coronel Young
es el que está al mando de la misión, y Rush se lleva especialmente
mal con él porque no le gusta que le den órdenes. De hecho la cosa
está tan mal entre ellos que Rush lo implica en un crimen y luego
Young la emprende a puñetazos con él y lo deja tirado en uno de los
planetas por los que pasan. Con eso lo digo todo.
Esta serie duró
mucho menos que las otras dos, tan solo dos temporadas, y la verdad
es que no me extraña. En las otras al menos había unos aliens muy
jodidos que querían conquistar la galaxia. Aquí los aliens no
aparecen hasta la mitad de la temporada y es entonces cuando la serie
empieza a ponerse interesante. Hasta ahí es algo parada, centrándose
en los conflictos internos de los personajes, problemas de víveres,
cosas que funcionan mal en la nave, los miembros civiles de la
tripulación intentan amotinarse... A pesar de esto encontré la
serie bastante interesante, pues le da un nuevo enfoque la Universo
Stargate y tiene algunos personajes que dejan huella, como el doctor
Rush o Ely. El final de la temporada, un doble capítulo, me pareció
muy bueno, mejor de lo que había visto en toda la temproada, y me
dejó con ganas de más: la Alianza Lucian asaltando la Destino para
hacerse con su control, y en la última escena parece que van a
cargarse a los protagonistas militares. ¡No puedo esperar a ver la
2ª temporada!
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