Todos los años , cuando arranca la
nueva temporada de Juego de Tronos, me lo los amplios resúmenes que
Sonia escribe en su blog de cada capítulo. Ella se ve la serie en
inglés y aunque solo hay unos días de diferencia entre la emisión
en USA y España, yo no puedo esperar a saber lo que me voy a
encontrar (con Smallville hacía lo mismo, pero ahí el desfase de
emisión era de un año), aunque a la hora de la verdad no veo la
temporada hasta que está completa. Un capítulo a la semana me
tocaba las narices, además de que viendo la 1ª temporada en Canal +
me pasó un detalle que me puso de una mala hostia que no veas. El
aparato de la plus está en la habitación de mi padre, en el piso de
arriba, y cuando faltaban 15 minutos para que terminara el capítulo
mi padre se fue a acostar y cambió de canal, y claro, yo me empecé
a cagar en todo y poco faltó para que destrozara al salón; mi padre
es de esas personas a las que solo les gustan las historias que se
basan exlusivamente en la realidad. Desde entonces espero a que acabe
la temporada para verla.
De los resúmenes del blog de Sonia
recordaba que algunas escenas eran diferentes a las del libro
(Harrenhal, por ejemplo), así que me prometí que no la vería hasta
haberme vuelto a leer el libro, para tenerlo todo bien fresco, y no
lo he hecho hasta el pasado mes de diciembre. Y macho, la espera ha
merecido la pena. La temporada es espectacular, jodidamente
impresionante, pero eso no hace falta decirlo. Hay series de esas de
40 minutos que parecen avanzar a paso de tortuga, pero ésta, que
roza la hora de duración, se pasa volando. ¡Ojalá durara más!
Diez capítulos no llegan a nada.
La trama de Daenerys es algo corta en
el libro, por eso aquí le meten algo de relleno, pero me encanta
cuando le sale la vena Targaryen; cuando suelta el discurso de “a
sangre y fuego” se me puso la piel de gallina, y ver a los dragones
defenderla es espectacular (¡Dracarys).
Una cosa que ha mejorado con respecto a
la temporada pasada son los lobos huargo.
Aparte de que salían poco, en la 1ª
temporada tenían el tamaño de lobos corrientes y eso fue una
pequeña decepción. Aquí ya tienen el tamaño que les corresponde,
el doble de un lobo, y es impresionante verlos al lado de sus amos.
Aunque siguen saliendo poco.
Tyrion sigue siendo el número uno. Me
encanta verlo dirigir el reino y la cara que se le queda a Cersei
cuando le dice que su padre le ha nombrado Mano no tiene precio. Y su
guerra encubierta con ella es genial.
En el libro Geoffrey ya es
insoportable, pero en esta temporada, por increíble que parezca, es
incluso más sádico. Como ejemplo, la escena con las dos putas, o lo
de los bastardos del rey Robert. Qué ganas de que llegue ya la 4ª
temporada. ¡Qué cabrón!
Pero sin duda lo mejor de la temporada
es la batalla del Aguasnegras, que como no podía ser de otra manera
está escrita por el propio Martin. En el libro, el arma secreta de
Tyrion es una cadena gigante; aquí es el fuego valyrio. Este cambio
es un gran acierto porque ver el fuego valyrio en acción es algo
sobrecogedor. Lo único que no me satisfizo fue el ataque a Tyrion:
aquí solo le queda una cicatriz que le cruza la cara, en el libro se
queda sin nariz, y eso mola más.
Viento Gris |
Hablando de diferencias,, la principal
está en la trama de Harrenhal. En el libro, Arya apenas tiene trato
con Tywin Lannister y de quien hace de copera es de Roose Bolton.
Aquí es al contrario. Twyn la escoge como su copera y tienen unas
conversaciones la mar de interesantes, sin saber él quién es ella,
claro.
En el libro, Robb sale más bien poco.
Aquí sale más y empiezan a contarnos cómo conoce a la joven dama
con la que acabará casándose, rompiendo su promesa con Walder Frey.
Lo que no me gustó tanto fue que incluyeran esa última escena de
Jaime, que pertenece al principio del tercer libro. Hubiera preferido
que acabara como en el libro, haciéndonos creer que Catelyn Stark
iba a cortarle la cabeza. De esta forma se pierde la sorpresa.
Por último un repaso a los nuevos
personajes, o más bien a los actores que los encarnan. Algunos
clavan a su personajes a la perfección, pero tengo que decir que hay
otros que no me los imaginaba así y no responden a mis espectativas.
Stannis y Melissandre de Asshai |
Los que lo clavan: Ygritte, me encanta
cómo le saca los colores a Jon y sobretodo cuando le dice su mítica
coletilla, “No sabes nada, Jon Nieve”; Stannis y Balon Greyjoy,
ambos transmiten el férreo carácter de un rey; el Caballero de la
Cebolla, que está genial, aunque me hubiera gustado verle los
muñones, y Brienne de Tarth, aunque me la imaginaba más rolliza.
En el libro Margaery Tyrell es bastante
inocente, en la línea de Sansa; aquí es más ambiciosa y se asemeja
más a Cersei. La actriz que hace de Melissandre no me convenció; en
el libro es una mujer voluptuosa y en la serie está casi
escuchimizada, es demasiado corriente. Ser Dontos es un tipo gordo y
yo me imaginaba a un hombre de unos 50 años y de complexión normal.
A Roose Bolton tampoco me lo imaginaba así, la imagen suya que tenía
en la mente era la de un hombre de aspecto recio, con pelo largo y
barba descuidada. Y con Asha me pasó igual que con Melissandre, me
pareció demasiado corriente.
Y después de esta larga espera por fin
podré ver la 3ª temporada (no suelo ver la temporada de una serie
hasta que he escrito la entrada de la anterior), que ya va siendo
hora.
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