Cuando
muere un escritor que me gusta o que conozco y respeto suelo leerme
algún libro suyo como forma de rendirle homenaje, que creo es la
mejor forma de hacerlo. Hace unos días murió P. D. James a la nada
despreciable edad de 94 años, así que decidí leerme “Muertes
poco naturales”, porque ya lo leí hace unos 15 años y porque
tiene unas 200 páginas y leerlo no alteraba demasiado mi programa de
lectura (mis lecturas están programadas de antemano y de aquí a fin
de año quiero leerme determinados libros sí o sí).
P. D.
James era una autora muy en la línea de Agatha Christie y estaba
considerada como la reina de la novela policiaca. Muchos de sus
libros están protagonizados por el detective Adam Dalgliesh, de
Scotland Yard, que también es poeta y tiene un libro, “Children of
men”, un libro de ciencia-ficción en el que las mujeres ya no
pueden tener hijos, que sirvió de base para la película del mismo
nombre.
“Muertes
poco naturales” es la tercera novela de Adam Dalgliesh y en ella el
detective decide pasar un par de semanas de vacaciones en Monksmere
Head, en Suffolk, en casa de su tía Jane, el único pariente que le
queda con vida y además una solterona empedernida, y aprovechar el
tiempo para decidir si le pide o no a su novia Deborah que se case
con él. Pero va a estar demasiado ocupado para eso, porque en su
primera noche recibe la visita de los vecinos de su tía, que
requieren de su ayuda. Los vecinos de su tía son escritores y
críticos literarios y uno de ellos, Maurice Seton, escritor de
novelas policiacas, ha desaparecido. Alguos de sus vecinos creen que
se trata de una maniobra publicitaria para promocionar su nuevo
libro, pero otros están realmente preocupados y temen que haya
podido pasarle algo, y por eso acuden a Adam. Pero mientras están
poniéndolo al tanto sobre los últimos movimientos de Seton aparece
la policía, que les informan de que han encontrado su cadáver
dentro de una barca varada en la orilla, con las manos cercenadas a
la ltura de las muñecas.
El
inspector Reckless, de la brigada de detectives, le pide a Adam que
le ayude con el caso, ya que conoce su reputación en Scotland Yard y
está enterado del éxito de su último caso, y Adam accede, aunque
deja claro que Reckless será el que esté al frente de la
investigación y que él lo ayudará extraoficialmente.
Adam
pronto descubre que Seton era un hombre con muchos claros y sombras y
que se había granjeado algunas enemistades entre el vecindario.
Además, resulta que Celia Calthrop, una de las vecinas, escritora de
novelas románticas y la mayor cotilla del pueblo, le sugirió a
Seton hace tiempo una idea para un próximo libro: que la víctima
apareciera en una barca con las manos cercenadas, que no comentó con
nadie más, pero quién sabe si Seton sí lo hizo. Y unas horas
después de aparecer el cadáver alguien envía el manuscrito del
libro de Seton a su casa, en el que sescribe con detalle la misma
escena en la que fue encontrado Seton, y parece haber sido escrito
con su máquina de escribir...
El libro
recuerda mucho a los de Agatha Christie, aparece un cadáver y
conocemos a distintos personajes secundarios, cada uno con sus
motivos para matar a la víctima y que esconden diversos secretos en
relación con ésta. El libro tiene apenas 200 páginas, es ameno y
fácil de leer, y contiene algunos giros bastante sorprendentes,
entre ellos la identidad del asesino, que es la última persona que
se me pasó por la cabeza. En fin, el año que viene espero leerme
algún que otro libro de esta autora.
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