Beryl Madison
era una escritora emergente cuya obra se centraba en la Guerra de
Independencia y de Secesión. Pero un desconocido la estaba acosando,
siguiéndola y llamándola a horas intempestivas, y Beryl estaba muy
asustada. Decidió ir a pasar unos días a Florida, para desconectar
y aprovechar para terminar su nuevo libro, pero la noche que regresó
a Richmond le abrió la puerta a su asesino. ¿Por qué lo hizo?
¿Acaso lo conocía? ¿Quién era esa misteriosa persona con la que
se carteaba a la que se refería como “M”?
Tras realizarle
la autopsia, la doctora Scarpetta sentirá curiosidad sobre la vida
de la víctima y con la ayuda del teniente Marino tratará de
encontrar la respuesta a estas preguntas para dar con el asesino lo
antes posible, además de lidiar con el abogado de Beryl, que acusa a
su departamento de haber perdido el manuscrito que ella estaba
escribiendo, una auobiografía en la que revelaba que mantenía una
enigmática y tormentosa relación con un conocido escritor.
Este libro es
mucho mejor que el anterior. El aspecto forense está presente, como
no podía ser de otra forma, pero en este la parte procedimental
tiene más peso y eso me gusta. La trama está muy bien construida y
engancha desde el principio y se nos revelan aspectos sobre la vida
de la víctima realmente sorprendentes, que no llegabas a imaginarte
siquiera. La identidad del asesino también es una sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario