Un anciano está encerrado en una habitación, sentado en su cama, sin saber que una cámara oculta graba todo lo que hace y dice. no sabe quién es ni cómo ha llegado allí y los diversos objetos que hay en la habitación llevan pegada una etiqueta con su nombre. En la pared hay una que pone PARED, en el escritorio una que pone ESCRITORIO, en la lámpara una que dice LÁMPARA, etc. Sobre el escritorio hay una pila de fotos de personas y otra pila de páginas. A lo largo del día irá recibiendo la visita de varias personas muy enigmáticas que parecen tener alguna cuenta pendiente con él, que le irán dando pistas acerca de quién es y qué les hizo para hallarse en su acutal situación. Solo uno de ellos se muestra amable con él, la enfermera que le lleva el desayuno y lo lava, Anna.
La clave de todo parece encontrarse en el manuscritos que hay encima de su escritorio.
El libro está genial, es fabuloso. son 180 páginas que se leen enseguida, en parte por lo misteriosa y surrealista que es la historia y en parte porque la letra es grande y hace que no te dure nada. En el libro aparecen personajes de otros libros de Paul Auster, así que es aconsejable haberlos leído antes, como "Trilogía de Nueva York" y "El libro de las ilusiones", porque si no esas referencias pasarán desapercibidas al lector. La única pega del libro es que las pocas respuestas que nos da al final no son demasiado claras y te quedas con las ganas de saber quién es Mr. Blank y por qué lo están castigando de este modo.
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