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lunes, 17 de octubre de 2016

Terror en la Luna, de J. J. Benítez



En este libro J. J. Benítez recopila una gran cantidad de avistamientos de OVNIS que se produjeron por todo el mundo entre 1965 y 1974, algunos de los cuales estuvieron relacionados con las misiones espaciales de la NASA, como el Apollo 11 y el Apollo 12 y las distintas Gemini (estas consistían en orbitar alrededor de la Tierra).
En cada caso J. J. nos describe lo que los testigos vieron o creyeron ver, acompañado de unas fotos en blanco y negro del supuesto OVNI, el análisis de las mismas por parte de expertos para dictaminar si son auténticas o no, las ridículas explicaciones de las Fuerzas Aéreas, científicos resabidos y otros organismos, que las desestiman, y el rebatimiento de J. J., así como su opinión al respecto.

El libro me ha parecido muy interesante. El tema este de los OVNIS siempre me ha gustado, yo me crié con Expediente X así que no podía ser de otra manera. Tantísimos casos de avistamientos, las conspiraciones del Gobierno y las Fuerzas Aéreas para ocultarlo a la luz pública (pretender hacernos creer que hemos confundido un OVNI con un globo sonda es llamarnos tontos directamente a la cara).
Yo personalmente no creo que estemos solos en el universo. Sería muy egocéntrico por mi parte pensar algo así, como los que decían que los planetas giraban alrededor de la Tierra porque Dios la había creado o que la Tierra era plana. Parafraseando a Jodie Foster en “Contact”, si fuera así, ¡qué cantidad de espacio desaprovechado!
Aunque me extraña mucho que todos los OVNIS fotografiados sean el clásico platillo volante. ¿Acaso todos los aliens usan el mismo modelo de nave espacial o es que todos los OVNIS vistos hasta la fecha están tripulados por la misma especie? No sé por qué no pueden ser como en Star Wars o Star Trek, cada modelo diferente del anterior. En fin.
El libro son casi 500 páginas de casos de avistamientos uno tras otro tras otro y tras otro, así todo el tiempo, y ese es precisamente el problema, que se hace muy repetitivo. Ya tenía ganas de acabarlo de una vez, ya.

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