Esta es la tercera novela de la serie Artemis Fowl. Al final de la anterior, Holly Canija usaba su magia para curar al padre de Artemis y este cree que ha tenido algún efecto secundario sobre su padre, porque de pronto se ha convertido en una buena persona; ha decidido abandonar todos sus negocios criminales y pasar el tiempo con su familia, lo que ahora considera lo más importante de su vida.
Artemis no entiende el comportamiento de su padre, pero empieza a reflexionar sobre sus propios negocios ilícitos, si continuar o no con ellos. De todas formas, con sus padres de nuevo en casa, va a tener menos libertad para dedicar a sus negocios ilegales, así que antes de que su padre regrese a casa del hospital, decide realizar un último trabajito.
Utilizando tecnología de las criaturas mágicas, Artemis ha construido el Cubo B, un artefacto que puede utilizarse como un ordenador de voz, como teléfono móvil, que puede acceder a cualquier plataforma digital, conectarse a Internet, hackear cualquier ordenador y conectarse a cualquier satélite. Artemis se reúne con el empresario tecnológico Jon Spiro para hacerle una oferta: quiere que le pague una tonelada métrica de oro no por venderle el Cubo B, sino retrasar su salida al mercado un año. La respuesta de Spiro no se hace esperar: mata a Mayordomo y le roba a Artemis el Cubo B.
Mientras, en el mundo subterráneo, saltan todas las alarmas. Durante un instante, alguien en la superficie los ha detectado. Por eso Holly Canija es enviada allí arriba a investigar el lugar donde se produjo el rastreo. No se sorprende mucho al encontrar allí a Artemis Fowl, que le cuenta lo del Cubo B y Mayordomo. Holly usa su magia para devolverle la vida al guardaespaldas de Artemis, y luego éste le pide ayuda para colarse en el edificio de Jon Spiro y recuperar el Cubo B, pues es cuestión de tiempo que Spiro logre tener pleno acceso al él y descubra la existencia del mundo subterráneo y los exponga al mundo.
El libro me ha gustado. Es ameno, de fácil lectura y se lee rápido. Además está salpicado de pequeñas dosis de humor y la relación de Artemis y Holly es muy divertida. Lo más curioso es que Artemis empieza a desarrollar una conciencia, a sentir remordimientos y tal. Quién sabe, ¡quizás se haga bueno en el futuro!Y al final deja las cosas más que interesantes para la siguiente entrega. Pronto la reseña.
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