“Artemis Fowl” es el primer libro de una saga juvenil iniciada en 2001 y que está formada por ocho libros, más un librito extra con un par de relatos, entrevistas con los protagonistas y con el autor y varios pasatiempos. Fue todo un fenómeno de ventas en su momento (el presente ejemplar, que pillé en la biblioteca, pertenece a una 3ª edición, y el del segundo libro a una 5ª edición) y esto le permitió al autor, que se ganaba la vida como profesor, dedicarse exclusivamente a la escritura.
Yo no conocía esta saga ni sabía de qué iba, solo que existía. Hacía unos años que tenían los dos primeros libros en la biblioteca, pero aún no me había decidido a leerlos. El año pasado hicieron la película, dirigida por Kenneth Brannagh, que se estrenó directamente en plataforma digital. A mí me gustó (aunque al parecer a los fans no mucho) y entonces decidí que me leería los libros.
Bien, para empezar, todas las criaturas mágicas (elfos, duendes, trolls, hadas, etc) existen en una ciudad cerca del centro de la Tierra conocida como Refugio y tienen su propia policía, la PES (Policía de Elementos del Subsuelo). Aparte de mantener el orden en el Refugio, también se encargan de que los humanos no descubran su existencia. Si estos hacen algún avistamiento ellos se encargan de eliminar todo rastro y borrarles la memoria a los humanos.
Artemis Fowl es un niño de 12 años, es un genio y un criminal, ladrón y tal. Su padre, el primer Artemis Fowl, amasó su fortuna con el crimen, ladrón de guante blanco, tratos con la mafia y tal, y su hijo ha seguido sus pasos. Artemis Sr. se la jugó a la mafia rusa y hace dos años su yate explotó con él a bordo. Para el mundo está muerto, pero nunca apareció su cuerpo, así que Artemis Jr. tiene la esperanza de que esté vivo en alguna parte, y permanece atento a cualquier pista que pueda guiarlo hasta él.
A todo esto, Artemis descubre la existencia de las criaturas mágicas y pone en marcha un ingenioso plan para recuperar la fortuna familiar: secuestrar a una de estas criaturas y pedir una tonelada de oro como rescate. La desafortunada víctima del secuestro es una “joven” elfa llamada Holly Canija y agente de la PES (la primera agente femenina en formar parte de Reconocimiento). La PES no dejará a su suerte a su compañera, y hará todo lo necesario para recuperarla. Artemis Fowl tendrá que recurrir a todo su ingenio para salir vencedor de la situación y quedarse con el oro.
Tras leer el libro volví a ver la película y entiendo que a los fans no les gustara porque hay muchos cambios. Personajes eliminados, algunas cosas sacadas directamente del segundo libro, como la villana, Opal Koboi, lo del Oculus, un artefacto mágico muy poderoso, que inventaron para la película, pero principalmente en la película pretenden darle a Artemis un trasfondo noble. Opal Koboi secuestra a su padre y quiere que Artemis le consiga el Oculus, así que este secuestra a Holly, exigiendo a cambio el Oculus. El problema es que el Oculus fue robado hace tiempo por el padre de Holly, que murió y se convirtió en un traidor para los suyos, un estigma con el que Holly tiene que cargar. Así que Artemis decide confiar en Holly, le cuenta lo de su padre, ella le habla del suyo, se hacen amigos como a los cinco minutos y se pone de su parte. Esto ni de coña pasa en el libro. A Artemis no le mueve ningún propósito noble ni es ningún héroe. El chaval es un criminal y lo único que le importa es conseguir el oro. Y ya está. Y a Holly lo último que se le pasa por la cabeza es hacerse amiga de Artemis. De hecho, le guarda bastante rencor y jura que le hará pagar el haberla secuestrado. Al menos tarda como tres libros en sentir algo parecido a la amistad por él.
Acerca del libro, bueno, decir que me ha gustado. Son menos de 300 páginas y se lee fácil. La prosa engancha y se pasa rápido. Al fin y al cabo, es una saga juvenil. La cual, por cierto, tengo pensado leer completa (en el momento en que escribo esto, diciembre de 2021, ya me he leído los cuatro primeros).
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