“La máquina se para” es un relato de E. M. Forster publicado en 1909 que nos presenta a la humanidad bajo una distopía tecnológica. La humanidad creo la Máquina para que les simplificara sus tareas, pero eso los condujo a la comodidad y la Máquina pasó a gobernar sus vidas y a decirles lo que tenían que hacer.
La humanidad vive bajo tierra en pequeños habitáculos individuales y se pasan todo su tiempo sentados mirando la pantalla. Allí tienen todo lo que necesitan (sistema de comunicación, baño, atención médica y dispensadores de comida) y todo está regulado por la Máquina, y con solo tocar un botón tienen acceso a cualquiera de estas cosas.
La protagonista, una mujer llamada Vashti, recibe una llamada de su hijo Kuno, que se encuentra en el otro lado del mundo y necesita que vaya a verle en persona para comunicarle algo de vital importancia, pues se niega a hacerlo por la pantalla. En esta distopía la gente no suele desplazarse a los sitios porque no lo necesitan. A Vashti le fastidia la petición de su hijo, pero hace de tripas corazón y va a verlo en persona. Lo que este tiene que decirle cambiará su percepción del mundo.
Conozco a Forster por sus obras más famosas (Una habitación con vistas, Pasaje a la India y Howard’s End) pero este relato no lo conocía y si eso ha cambiado es gracias al club de Goodreads “La Soledad del Lector”, del que soy miembro. El relato poco tiene que ver con el resto de la obra del autor, más de crítica social y realista, porque básicamente es un relato de ciencia-ficción.
Lo cierto es que me ha gustado mucho. Parece mentira que se escribiera hace más de un siglo, porque parece estar hablando de la sociedad actual, tan obsesionada con los teléfonos móviles y las redes sociales. Son apenas 80 páginas pero no necesita más, va directo al meollo.
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