Este es el segundo libro de la trilogía “Las memorias del Águila y el Jaguar”, formada por “La Ciudad de las Bestias”, “El Reino del Dragón de Oro” y “El Bosque de los Pigmeos”. En las pimeras 50 páginas se dedica a hablar un poco de lo que pasó en el primer libro, así que es aconsejable que te lo hayas leído antes de ponerte con este, más que nada para que no te lleves ninguna sorpresa. Pero en lo que a la historia se refiere, es totalmente independiente.
En esta ocasión Alex acompaña a su abuela junto a su amiga Nadia Santos al Reino Prohibido, también conocido como el Reino del Dragón de Oro, en el Himalaya, ya que la revista para la que trabaja le ha encargado un reportaje sobre este pequeño país. El Dragón de Oro es una especie de oráculo que, según cuenta la leyenda, puede predecir el futuro, pero al cual únicamente tiene acceso el rey. Un coleccionista oye hablar del Dragón y contrata a un especialista para que lo robe, ya que quiere utilizarlo para ser el hombre más rico del mundo. Durante la fiesta de cumpleaños del rey, donde todo el país esta de celebración, un grupo de asesinos de la India conocido como la Secta del Escorpión secuestra a varias niñas, entre ellas a Nadia. Nadia consigue escapar, pero queda malherida y atrapada en plena montaña, y mientras todo el mundo emprende la búsqueda, Alex, con ayuda del heredero al trono y su maestro, consiguen dar con ella. Entonces se dan cuenta de que el secuestro no es más que una maniobra de distracción para secuestrar al rey (y quizá matarle) y robar el Dragón de Oro. Así, Alex, el hijo del rey y su maestro parten a rescatar a las niñas, mientras Nadia se recupera de sus heridas, y luego todos juntos regresan a la ciudad para intentar salvar al rey e impedir el robo.
El libro es bastante entretenido y está repleto de aventuras y también de una pizca de fantasía, lo mismo que el anterior, así que si eres un/a fiel seguidor/a de Isabel Allende puede que te lleves una gran decepción. A mí me ha sorprendido saber que a prácticamente ninguno de sus lectores asiduos (un público mayormente femenino) le gusta esta trilogía, acostumbrados como están al tema “drama familiar” presente en casi todos sus libros. Me ha sorprendido porque a mí me ocurre justo lo contrario: sus libros dramáticos y con tinte emotivo no me van nada y los de aventuras, como el del Zorro y los que llevo leído de esta trilogía, me encantan. Será porque soy un hombre y el drama no me va, yo qué sé. Lo que ignoro es la razón de que esta gente ponga el grito en el cielo. Estas son novelas juveniles, y como su nombre indica, son para un público joven. Así que, ¿de qué se quejan? Si no te gusta, no te los leas. Además la señora tiene todo le derecho del mundo a cambiar de registro, ¿no? Pues eso. El siguiente a ver si cae el mes que viene.
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