Este es el último libro de la
trilogía de Martín Ojo de Plata, formada por Tierra Firme y
Venganza en Sevilla. Yo tuve suerte y no tuve que esperar años para
leer el desenlace de la trilogía, pues me leí los dos anteriores el
año pasado y poco después se publicó este. Era para leerlo
entonces pero no me dio tiempo por los desafíos literarios a que
estaba apuntado, así que decidí leerlo ahora.
En el segundo libro, Catalina Solís
se venga de cuatro de los cinco hermanos Curvo, que con sus intrigas
llevaron a la ruina a su padre adoptivo, Esteban Nevares, y que
posteriormente le causaron la muerte. En este, Catalina se venga
finalmente del último de los Curvo, y también de su sobrino, Lope
de Coa, porque, digámoslo así, al principio de la novela hace
méritos para ello. Pero Catalina no lo tendrá fácil, pues han
puesto precio a su cabeza, tanto a su identidad de Catalina Solís
como a la de Martín Nevares.
En su búsqueda de Arias Curvo
Catalina arriba a Nueva España (Méjico) y allí recibe una peculiar
proposición de parte del virrey. Al parecer han descubierto una
conspiración para asesinar al rey de España y poner en su lugar a
Don Pedro Cortés, nieto de Hernán Cortés. Para llevar a cabo dicho
plan es necesaria una gran fortuna, y los conjuradores pretenden
hacerse con el tesoro que Hernán Cortés le robó a Moctezuma y que
escondió en alguna parte de Nueva España, pues poseen un mapa
codificado que puede llevarles hasta él.
Si Catalina se hace con el tesoro y
mata a los conjuradores (uno de los cuales, casualmente, es el propio
Arias Curvo), el rey de España, la exonerará de los cargos contra
ella, le devolverá las propiedades de sus padres, que le fueron
arrebatadas por los Curvo y se le concederá el título de duquesa.
Catalina, claro, acaba aceptando.
El libro es bastante bueno. Pensé que
se me haría un poco cuesta arriba por eso de estar ambientado en el
Siglo de Oro Español, pero no ha sido así. Tiene aventura, una
historia de venganza, un tesoro a buscar y varios códigos secretos a
descifrar para llegar a él. También, como los anteriores, está
escrito en un castellano similar al que se usaba en la época, y eso
mola. Y un final más que apropiado. Lo único que la parte de la
venganza es quizás algo sangrienta de más, pero con todo por lo que
ha tenido que pasar la protagonista, se entiende.
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