El año pasado
me leí todo lo que había en mi biblioteca de Lovecraft, o al menos eso creía,
porque hace cosa de una semana o así encontré este libro en otra estantería,
una muy alejada de la otra, y fue toda una sorpresa porque no contaba con él,
así que no tardé en llevármelo a casa. La sorpresa no fue solo por
encontrármelo por casualidad sino por tratarse de uno de los grandes clásicos
de Lovecraft. Este título que le ha puesto algún lumbreras aquí en España despista
bastante, pero seguro lo conocerás por su título original, “Herbert West:
Reanimator”. En los 80 hicieron la película (una versión bastante libre) que se
convirtió en todo un referente del cine de casquería y Serie B y tuvo dos
secuelas, “The bride of Reanimator” y “Beyond Reanimator”, y Jeffrey Combs, que
se mete en la piel de Herbert West, se convirtió en un ídolo dentro del género.
Herbert West es
una especie de Víctor Frankenstein, un estudiante de Medicina obsesionado con
devolverle la vida a los muertos, que es expulsado al salir a la luz lo de sus
polémicos experimentos, pero esto no lo detiene y continúa trabajando en estos
con la ayuda de un compañero de universidad, el cual ejerce de narrador. West inventa
un suero que utiliza para resucitar a los muertos, pero la dosis para un animal
pequeño no es la misma que necesita el cuerpo de un ser humano y estos tienen
que ser cadáveres frescos y con todos los órganos vitales enteros, pues en caso
contrario los resucitados se comportan como seres salvajes e irracionales y lo
que él pretende es que se comporten racionalmente, igual que cuando estaban
vivos. Sus experimentos acaban todos en fracaso y con cada nuevo intento va
yéndosele la pinza cada vez más, hasta que decide ir más allá de lo aceptado
por su socio.
Normalmente los
relatos de Lovecraft suelen estar escritos con un lenguaje bastante rebuscado,
utilizando un montón de palabras complicadas que van metiéndote poco a poco en
su terrorífico universo y su ritmo suele ser algo lento. En el presente caso no
es así. El relato consta de unas 100 páginas y se lee fácilmente, su prosa es
bastante sencilla y va directo al grano. Lovecraft lo publicó en su día por
entregas, son seis partes en total, y en cada parte hace un resumen de lo
contado hasta entonces, quién es Herbert West y lo que está haciendo con sus
experimentos, y eso a veces resulta un tanto repetitivo. Pero el relato en sí es muy bueno y os
recomiendo su lectura. Eso sí, el final no tiene nada que ver con el de la
película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario