Hace bastante
tiempo que tengo esta saga japonesa algo abandonada, así que la he
retomado ahora para terminarla de una vez y pasar a otra cosa. Las
dos primeras son dos falsas películas snuff, aunque tan bien hechas
que llegaron a hacerme dudar sobre su autenticidad (como le pasó a
Charlie Sheen, que avisó al FBI creyendo que eran reales). La
tercera iba de un tipo que descubría que no sentía dolor y se
dedicaba a automutilarse y eviscerarse a sí mismo.
En esta cuarta
entrega el protagonista es un tipo al que su esposa acaba de
abandonar y se pasa todo el día encerrado en su casa pintando
cuadros. Un día baja a las alcantarillas y encuentra allí una
sirena en muy mal estado, y se la lleva a su casa donde la mete en la
bañera. La sirena tiene unos bultos en el vientre que van
extendiéndosele por todo el cuerpo que le ocasionan un gran dolor y
le pide al hombre que se los corte, pero cada corte que le hace es un
tormento y de esos bultos sale una mezcla de sangre, pus y lombrices.
Los cortes no sirven de nada y acaba toda cubierta por ellos,
convertida en una masa amorfa que no para de vomitar lombrices,
sangre y pus, y durante todo el proceso el tipo va pintando el avance
de los tumores en el retrato que está haciendo de ella.
Me he sentido
bastante decepcionado con esta película. Yo me imaginaba que el tipo
iría desmembrando a la sirena poco a poco, torturándola, sacándole
los órganos y tal, pero nada más lejos. En toda la película solo
ves a la sirena vomitando pus, sangre y lombrices y llenando la
bañera con su sangre. La película no vale para nada, pero al menos
dura menos de una hora.
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