Marco Stanley
Fogg perdió a su madre en un accidente de tráfico siendo niño y su
tío Víctor se hizo cargo de él, pagándole incluso los estudios
universitarios, pese a que no nadaba en la abundancia. Su tío Víctor
se convirtió un un verdadero padre para él y con su enorme
biblioteca, de miles de libros, le hizo apreciar el gusto por la
lectura. Al morir repentinamente, Marco abandona la Universidad y al
terminársele el dinero acaba viviendo en la calle como un mendigo
más, hasta que es rescatado por la bella Kitty Wu y su amigo David
Zimmer. Tras enderezar su vida, Marco consigue trabajo con un anciano
en silla de ruedas y ciego llamado Thomas Effing, bastante huraño,
que consiste en hacerle compañía y escribir su biografía para
entregársela, tras su muerte, al hijo que nunca conoció.
Paul Auster
empezó escribiendo libros de no ficción, autobiográficos (tiene 4
o 5, menuda vida) y ésta es una de sus primeras obras de ficción.
Hay que reconocer que aquí ya apuntaba maneras. La primera parte es
algo lenta, de ritmo pausado, pero se lee bien, pero la historia
mejora mucho a partir de la salida de Marco del pozo de miseria en el
que se encontraba y se vuelve más ágil y atractiva. Me encanta
sobretodo la historia de Effing, porque parece sacada del Lejano
Oeste y lo que sigue es igual de bueno y recuerda más a los temas
sobre los que suele escribir Auster. No es el mejor libro que he
leído de él pero sí uno de los más interesantes.
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