Al final de la
2ª temporada la Máquina era liberada y ahora es ella la que decide si sigue
enviando los números o no y a quién. Tras un par de semanas sin noticias, Finch,
Reese y Shaw vuelven a recibir los números, pero los de Seguridad Nacional
también. La novedad radica en que la Máquina establece una relación con Root y
es con ella con la única que habla directamente. Root está interna en un
psiquiátrico, solo porque así lo quiere la Máquina, y cuando los de Seguridad
Nacional van a por ella para matarla ésta la ayuda a huir. Finch, Reese y Shaw
se ven forzados a colaborar con Root, pues es lo que quiere la Máquina, ya que
se acerca una grave amenaza y todos deben estar en el mismo bando. Finch al
principio no se fía de ella y la mantiene encerrada, pero con el paso del
tiempo van limando asperezas y empieza a confiar en ella, básicamente porque no
le queda otra.
Carter ha sido
degradada a simple policía, lo cual es obra de HR, ya que Carter les ha
ocasionado demasiados problemas y es una forma de mantenerla controlada. Aparentemente
mantiene un perfil bajo y no se mete en problemas, pero por su cuenta está
tratando de averiguar la identidad del jefe de HR para sacarlo a la luz y
acabar con él de una vez por todas, sin importar las leyes que tenga que
infringir ni las consecuencias para ella.
En esta
temporada el camino de Finch y Reese se cruza varias veces con el de una
organización radical denominada Vigilancia, indignada de que el Gobierno
pisotee los derechos de los ciudadanos espiando sus e-mails, números de cuenta,
etc. Vigilancia sabe de la existencia de la Máquina y que el Gobierno la
utiliza para vigilarlos a todos cada momento del día, y planea sacarlo a la luz
pública para que la gente sepa la verdad, y no dudará en recurrir a la
violencia para conseguir su propósito.
La grave
amenaza prevista por la Máquina es una segunda Máquina llamada Samaritano tras
la cual van los malos, los de Décima. Ya que no pudieron hacerse con la Máquina
de Finch planean hacerse con Samaritano y si lo consiguen podrán hacer lo que
les dé la gana y la Máquina de Finch no podrá hacerle frente, así que Finch,
Reese, Root y Shaw tendrán que hacer todo lo que esté en su mano para que
Décima no llegue hasta ella.
Cada temporada
de esta serie es más alucinante que la anterior y esta 3ª no podía ser menos. Me
encanta cuando dos enemigos se ven obligados a trabajar juntos y el que Root se
una a Finch y Reese es algo genial, teniendo en cuenta su historia pasada. Aquí
por fin le ponemos rostro a Control y somos testigos del fin de HR, lo que
tiene graves consecuencias para el grupo, sobretodo para uno de los
protagonistas. Esto es algo que no podías imaginarte ni de lejos y realmente
llegas a odiar a J.J. Abrams por ello. Los capítulos que le siguen son sin duda
de los mejores, porque John está completamente desatado, como Jack Bauer en la
8ª temporada, y se carga a todo Dios. Creo que es más temible así, con aspecto
descuidado y barba de tres días que hecho un pincel con su traje y todo
afeitadito. La trama de Samaritano es increíble, imagínate, ¡dos Máquinas!, es
para echarse a temblar, y con el final de temporada te quedas sin habla, es una
auténtica sorpresa. Buff. En cuanto pueda me pondré con la 4ª temporada. Estoy ansioso.
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