Coraline y sus padres se mudan a una nueva casa , dividida en apartamentos, y allí Coraline encuentra una puerta que está tapiada. Le pregunta a su madre al respecto y ella le dice que la puerta da a un apartamento vacío desde hace años, y que por eso la puerta está tapiada. La siguiente vez que la abre Coraline descubre que los ladrillos han desaparecido y encuentra un pasadizo que la lleva hasta un apartamento similar al suyo, en el que habitan unas copias de sus padres, iguales a ellos salvo que en vez de ojos tienen botones. A diferencia de sus padres, ellos tienen tiempo para ella y la comida que hace su otro padre es suculenta. Allí se divierte mucho y estos otros padres quieren que se quede, pero el precio es que se cosa los botones a los ojos, algo por lo que ella no está dispuesta a pasar. Así que regresa a casa, prometiéndoles volver, pero descubre que sus padres no están. Al día siguiente siguen sin aparecer y llega a la conclusión que la otra madre se los ha llevado, así que vuelve al apartamento alternativo con el fin de encontrarlos y rescatarlos de sus garras.
Neil Gaiman me encanta, tanto sus novelas para adultos como las juveniles, novelas gráficas y cómics, y esta no podía faltar al ser una de las más conocidas. El libro es corto, 160 páginas aunque en pdf son unas 100, y tiene una prosa sencilla y ágil que hace que se te pase volando. Me hubiera gustado saber algo más sobre la otra madre, de dónde proviene, cómo creó ese mundo al otro lado de la puerta, por qué hace lo que hace, pero de todas formas es una historia muy entretenida y llena de magia.
Aprovechando he vuelto a leer la novela gráfica y también me he visto la película, así que he acabado un poco saturado, de modo que descansaré un tiempo de Neil Gaiman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario