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jueves, 5 de julio de 2018

Grandes esperanzas, de Charles Dickens

Tras la muerte de sus padres, el joven Pip se cría con su hermana mayor y su marido Joe, que es herrero. Su hermana es muy estricta y siempre lo está azotando ante la más mínima excusa, mientras que Joe es todo corazón y es su mejor amigo. Un día, mientras visita la tumba de sus padres, se encuentra con un convicto fugado de un barco-prisión, y este lo obliga mediante amenazas a que le traiga algo de comida y algo para romper los grilletes. A la mañana siguiente, a primera hora, Pip le roba una torta a su hermana y una lima a Joe y se las lleva al recluso.
Días después aparece un grupo de soldados buscando al preso fugado y lo encuentran justo cuando estaba peleándose con otro preso fugado, intentando matarlo. Joe y Pip acompañan a los soldados, pues estos le pagaron a Joe para que arreglara unos grilletes, y el preso, para proteger a Pip, confiesa haber robado la torta y la lima de casa de Joe.

Dos años más tarde, Pip recibe una carta de la señorita Havisham, una acaudalada mujer de mediana edad interesada en que Pip acuda a su casa con el fin de entretenerla. Allí Pip conoce a Estella, la hija adoptiva de la señorita Havisham, y se enamora perdidamente de ella,, pero Estella es cruel con él y siempre se burla de Pip y de su condición de pobre.

Años atrás la señorita Havisham sufrió un gran desengaño amoroso; iba a casarese con un joven del que estaba muy enamorada, pero descubrió que era un estafador interesado solo en su dinero y ella quedó con el corazón destrozado, convirtiéndose en una mujer amargada y no volviendo a vérsela fuera de su mansión, Satis House. La señorita Havisham está educando a Estella para que rompa el corazón de los hombres y poder así vengarse de todos ellos, y utiliza al pobre Pip para iniciar a Estella en estos menesteres.

Pip visita Satis House en varias ocasiones a lo largo de los siguientes meses y en una de estas visitas se pelea con otro joven, haciéndole morder el polvo. Estella lo ha visto y le permite que le dé un beso en la mejilla. No mucho tiempo después la señorita Havisham decide prescindir de la compañía de Pip y le da una considerable suma de dinero para que comience su aprendizaje como herrero. Antes eso era todso lo que Pip quería en la vida, pero tras conocer la opulencia de Satis House y de conocer a Estella, eso ya no es suficiente y su sueño ahora es convertirse en un auténtico caballero para poder ser digno del amor de Estella.

Tiempo después, con Pip convertido ya en aprendiz de herrero, recibe la visita de un abogado de la ciudad, el señor Jaggers, que le informa que tiene un benefactor anónimo que quiere darle la oportunidad de que estudie para convertirse en caballero. Dicho caballero desea permanecer en el anonimato y financiará sus estudios y manutención, la única regla es que Pip no trate de averiguar su identidad y llegado el momento, si así lo decide, se descubrirá ante él.

Pip deberá trasladarse a Londres y acepta hacerlo, despidiéndose de Joe y de su hermana. En Londres debe compartir cuarto con un joven llamado Herbert Pocket, que resulta ser el muchacho con el que se peleó en Satis House, y tras reconocerse mutuamente se convierten en grandes amigos y Pip comienza su formación como caballero bajo la tutela del padre de Herbert, Matthew Pocket.

Aunque Jaggers le oculta la identidad de su benefactor pese a su insistencia, Pip cree que se trata de la señorita Havisham, pues en una ocasión vio a Jaggers en Satis House, y que la mano de Estella forma parte de su futuro cercano. Pero Pip no podría estar más equivocado, en ambos asuntos.



Hace unos cuantos años vi una miniserie de la BBC de «Grandes Esperanzas», con Gillian Anderson en el papel de la señorita Havisham, que me encantó. En realidad solo la vi por curiosidad, para ver qué tal era y conocer un poco la historia, y acabé totalmente enganchado a la historia. Desde entonces que quería leer el libro y descubrí este ejemplar en la biblioteca el año pasado. Esta es una edición muy interesante, pues corresponde a la del 200º aniversario del nacimiento de Dickens, que Círculo de Lectores sacó coincidiendo con el 50 aniversario de la editorial. Incluye algunas ilustraciones y, lo más importante, el final original que Dickens escribió para la obra, un final un tanto amargo.

En 1861, al acabar la novela, Dickens le mostró los dos últimos capítulos a su amigo Edward Bulwer-Lytton, aristócrata y popular novelista, y este le aconsejó que concluyera la novela de forma más feliz, y este es el que se convirtió en el final oficial de «Grandes Esperanzas». Personalmente yo también lo prefiero.

«Grandes Esperanzas» es una de las obras más célebres de Charles Dickens y de las seis que llevo leído yo diría que es mi favorita. Algunas de sus obras más conocidas son bastante extensas (entre las 800 y las 1000 páginas) y pueden ser algo densas, como en el caso de «David Copperfield», que no por ello es un mal libro. Me imaginaba que esto mismo pasaría con esta novela, pero ha sido todo lo contrario. En realidad tiene menos de 500 páginas y se lee sorprendentemente fácil, su prosa es muy amena y la historia es rica y profunda. Los personajes son complejos y tienen sus matices y como en toda buena obra de Dickens al final muchos de ellos acaban redimiéndose.

Hace años leí una anécdota sobre Dickens, mencionada el en prefacio de "La Milla Verde" de Srephen King, bastante impactante. En su época Dickens era todo un superventas, como los autores de bestsellers de hoy en día. Él publicaba sus novelas por entregas y la gente se apelotonaba impaciente, esperando el nuevo capítulo. En dicha anécdota, la gente estaba en el puerto esperando la llegada del barco que traía el último capítulo de una de sus novelas. Al acercarse el barco, era tal la expectación que muchos acabaron cayendo al agua y algunos murieron ahogados. Dickens publicó esa novela por entregas a lo largo de dos años, así que entiendo que la gente se pusiera como loca al tener el último capítulo casi al alcance de sus manos.

Bueno, pues la novela en cuestión no era otra que «Grandes Esperanzas». Así que esta es otra buena razón para leerla. La novela que le costó la vida a varios de sus fans. ¿Qué mejor publicidad que esa?

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