"Los colores del incendio" es la segunda parte de "Nos vemos allá arriba" y transcurre entre los años 1927 y 1933, centrándose en las peripecias de la familia Pericourt. La protagonista es Madeleine Pericourt (la hermana del tipo sin mandíbula de la primera novela) y la novela arranca con el funeral de su padre, Marcel, al que acude todo aquel que es alguien en París, pues Marcel fundó uno de los bancos más importantes de Francia. Durante la ceremonia el hijo de 7 años de Madeleine, Paul, se sube al balcón de la mansión familiar y cae el vacío (o se arroja), rompiéndose la espalda y quedando paralítico de cintura para abajo.
Paul logra sobrevivir al incidente y seguir adelante, pero cada vez que Madeleine le pregunta por lo que pasó aquel día, el chico se cierra en banda y le dan ataques de histeria y llanto, así que Madeleine se ve obligada a dejarlo estar y esperar que algún día Paul se anime a contárselo.
Con toda la preocupación por su hijo, Madeleine debe asumir la dirección del banco familiar, algo sobre lo que no tiene ni idea, y ciertas personas no están de acuerdo, pues consideran que ese no es trabajo para una mujer.
Marcel Pericourt poseía un patrimonio de 10 millones de francos y durante la lectura del testamento le lega 100.000 francos a su apoderado en el banco, Gustave Joubert y 200.000 a su hermanoCharles, un político sin mucho talento que siempre recurría al dinero de Marcel para mantener su cargo. Todo lo demás va a parar a Madeleine, y sobra decir que ni Gustave ni Charles están nada satisfechos con la parte que les ha tocado, así que se asocian con el objetivo de llevar a Madeleine a la ruina y quedarse con su dinero.
La primera novela me pareció maravillosa y reflejaba como pocas la crudeza de la guerra. Esta novela tiene un tono muy distinto pero también me parece muy buena. Madeleine es una mujer ingenua que se fía de quien no debe y es víctima de esas personas sin escrúpulos a las que solo las mueve la ambición. Pero luego da un giro muy interesante, cuando Madeleine decide vengarse de los que le arruinaron la vida y la de su hijo. La novela se centra exclusivamente en los Pericourt y me parece bien, pero eché de menos que el autor nos contara qué fue del otro protagonista de “Nos vemos allá arriba”. De todas formas es una magnífica novela y una muy buena continuación.
Muy recomendable.
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