Emmanuel Carrére es un reconocido escritor francés que recientemente ha sido galardonado con el Princesa de Asturias de las Letras, así que he decidido empezar a leer su obra. Pero no es la única razón, varias semanas atrás el bibliotecario ya me habló de él a raíz de la publicación de su último libro, “Yoga”, y pensé que este era un momento ideal para hacerlo.
“El adversario” es su libro más reconocido y en él nos presenta una historia real, la de Jean-Claude Romand, que en 1993 asesinó a su mujer, a sus dos hijos y a sus padres y luego intentó suicidarse, en lo que fracasó (puedes pensar, como me pasó a mí, que es una falsa historia real, pero sale en la Wikipedia).
Jean-Claude llevaba mintiendo a sus amigos y familiares desde los 18 años. Les hizo creer a todos que era médico de la OMS y cuando se iba a trabajar en realidad se iba a pasear por el bosque o a leer a la biblioteca. Y tú dirás, ¿pero su mujer no se daba cuenta de que no entraba dinero? Bueno, sí entraba. De vez en cuando sacaba dinero de la cuenta de sus padres, lo cual ellos veían como algo normal, y luego sus suegros vendieron su casa y le dieron todo el dinero, unos 400.000 francos, para que lo invirtiera en acciones y él lo metió en un banco suizo y a vivir. Aparte, también se inventó que tenía cáncer y que había tal tratamiento que valía tanto y sus conocidos le daban el dinero gustosos.
También se echó una amante y ella hizo lo mismo que su suegro, vendió su piso y le dio el dinero para que lo invirtiera, pero poco tiempo después cambió de idea y quiso que se lo devolviera o al menos una parte y no paraba de presionarle para que lo hiciera y Jean-Claude empezó a agobiarse, porque se estaba quedando sin dinero. Su mentira empezó a desmoronarse y lo que hizo fue matar a su mujer, a sus hijos y luego viajó a casa de sus padres y también los mató. También intentó matar a su amante pero esta se revolvió y él le echó la culpa al cáncer. Luego tomó barbitúricos e inició un incendio en su casa, pero un vecino enseguida lo vio y llamó a los bomberos, que lo sofocaron rápidamente. Jean-Claude se quemó un poco y pasó unos días en coma y al despertar se encontró a la policía en frente. Estos no tardaron en verificar que su familia murió antes del incendio y a partir de ahí se descubrió la horrible verdad.
Emmanuel
Carrére trató de visitarle en la cárcel pero no se lo permitieron
al no ser familiar, así que se carteó con él durante bastante
tiempo, y cuando empezó el juicio, en 1995, él estuvo en la sala
siguiendo todo el proceso.
En 1993 yo tenía 10 años, o sea, que no conocía nada del caso de Jean-Claude Romand, lo he descubierto en este libro, y me ha parecido una historia brutal y demoledora. Un tipo que era un mentiroso patológico, que estafaba a sus conocidos y a sus propios padres y cuando todo empezó a venirse abajo lo mejor que se le ocurrió fue cargarse a su familia, a la que decía querer, para evitarles el bochorno. No hay palabras para describir lo que se te pasa por la cabeza. Por desgracia hoy en día hay casos que no se alejan mucho del de Jean-Claude.
El libro es corto, 170 páginas, y es fácil de leer. Es una lectura que no te dejará indiferente. Muy recoomendable.
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